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Voto de kubelik:
9
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6.6
48,733
Ciencia ficción. Acción
Tras la aparición del devastador "virus de los simios" desarrollado en un laboratorio y que casi acabó con los humanos, un grupo de simios muy evolucionados, capitaneados por César, se han convertido en la raza dominante del planeta. La única amenaza para su desarrollo la representa un grupo de seres humanos que han sobrevivido al virus, al que ahora son inmunes. Los hombres necesitan la energía de una presa cerca del asentamiento de lo ... [+]
23 de julio de 2014
23 de julio de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede remover conciencias una película destinada a amasar cantidades ingentes de dinero?
¿Es ese el único propósito de un blockbuster o se puede ir un paso más allá?
Con un timing perfectamente planeado después de la resaca mundialista, llega por fin a las salas la película que viene a sacarnos de esta hibernación del hype, en un verano que está siendo más que parco en pelotazos cinematográficos, y que lleva varias semanas haciendo que nos encomendemos al 2015 como almas en pena.
Como ya es tradición, no hay época estival que se precie sin película sobre el fin del mundo o, en su defecto, el fin de la civilización tal y como la hemos conocido hasta ahora. El Amanecer de Planeta de los Simios (AKA Amanecer: Monetes) comienza 10 años después de los hechos acontecidos en El Origen, cuando César reclamaba sus derechos como simio y se alzaba en armas contra los humanos acompañado de sus coleguillas del zoo.
La situación que nos encontramos en Amanecer es bastante diferente. La raza humana prácticamente se ha extinguido y subsiste con serias dificultades, mientras que los simios se alzan como la especie dominante del planeta, después de crear una comunidad fuerte y unida en torno a su líder César, (de lo mejor del film, a cargo de Andy Serkis y WETA Design).
Este es, a mi parecer, el gran acierto de Matt Reeves, que renuncia a explorar la parte animal de los humanos, (que ya todos conocemos de sobra), para centrarse en la evolución del simio como raza superior que ha aprendido de los errores pasados y ha sabido fomentar la cultura colaborativa.
Llegados a este punto, es curioso que la película tenga en su base narrativa más paralelismos con “2001: una odisea en el espacio” que con cualquiera de sus anteriores versiones simiescas, mostrándonos el Amanecer de una nueva era, el nacimiento de una nueva civilización que para bien o para mal, cambiará el curso de los acontecimientos tal y como los conocíamos hasta ahora.
Por ello, contando con esta potente idea de partida, sorprende que el origen del conflicto que plantea la película no deje de ser un mcguffin que al final poco importa en la trama, cumpliendo sin más su función para que los acontecimientos se desarrollen de manera natural.
No obstante, los resbalones de guión se acaban pagando, y esto provoca que en algunos momentos los personajes viajen un poco a la deriva, especialmente en el tramo final donde, por desgracia, la historia sucumbe al poder de la metralla y la acción a cascoporro. Toda muy bien hilada y ejecutada, por supuesto (el poder icónico del batallón simio es brutal), pero a mi juicio excesiva para una película con ideas propias, que no necesita echar mano de la acción para rellenar minutos.
Dicho esto, lo bonito de Amanecer es la atmósfera que logra crear en todo momento con unos efectos digitales perfectamente integrados en la trama y una música magistral a cargo de mi idolatrado Michael Giacchino, uno de los pocos al que acabé salvando de la quema de “LOST”.
Para un post aparte darían los encendidos debates que la película ha originado en torno a la nominación si/nominación no de actores que quedan ocultos bajo los efectos digitales. A este respecto yo solo diré que ver el trabajo de Andy Serkis como César y Toby Kebbell en el papel de Koba, debería despejar las dudas de todos los Académicos que aún no dan su brazo a torcer y siguen negando la mayor.
Nota final: entre las idas de olla de Gary Oldman en las entrevistas viene concediendo últimamente, solo diré que hubo un momento de iluminación en sus declaraciones, cuando afirmó que al revisionar sus films, se veía ligeramente sobreactuado. Pues eso Gary. Háztelo mirar.
¿Es ese el único propósito de un blockbuster o se puede ir un paso más allá?
Con un timing perfectamente planeado después de la resaca mundialista, llega por fin a las salas la película que viene a sacarnos de esta hibernación del hype, en un verano que está siendo más que parco en pelotazos cinematográficos, y que lleva varias semanas haciendo que nos encomendemos al 2015 como almas en pena.
Como ya es tradición, no hay época estival que se precie sin película sobre el fin del mundo o, en su defecto, el fin de la civilización tal y como la hemos conocido hasta ahora. El Amanecer de Planeta de los Simios (AKA Amanecer: Monetes) comienza 10 años después de los hechos acontecidos en El Origen, cuando César reclamaba sus derechos como simio y se alzaba en armas contra los humanos acompañado de sus coleguillas del zoo.
La situación que nos encontramos en Amanecer es bastante diferente. La raza humana prácticamente se ha extinguido y subsiste con serias dificultades, mientras que los simios se alzan como la especie dominante del planeta, después de crear una comunidad fuerte y unida en torno a su líder César, (de lo mejor del film, a cargo de Andy Serkis y WETA Design).
Este es, a mi parecer, el gran acierto de Matt Reeves, que renuncia a explorar la parte animal de los humanos, (que ya todos conocemos de sobra), para centrarse en la evolución del simio como raza superior que ha aprendido de los errores pasados y ha sabido fomentar la cultura colaborativa.
Llegados a este punto, es curioso que la película tenga en su base narrativa más paralelismos con “2001: una odisea en el espacio” que con cualquiera de sus anteriores versiones simiescas, mostrándonos el Amanecer de una nueva era, el nacimiento de una nueva civilización que para bien o para mal, cambiará el curso de los acontecimientos tal y como los conocíamos hasta ahora.
Por ello, contando con esta potente idea de partida, sorprende que el origen del conflicto que plantea la película no deje de ser un mcguffin que al final poco importa en la trama, cumpliendo sin más su función para que los acontecimientos se desarrollen de manera natural.
No obstante, los resbalones de guión se acaban pagando, y esto provoca que en algunos momentos los personajes viajen un poco a la deriva, especialmente en el tramo final donde, por desgracia, la historia sucumbe al poder de la metralla y la acción a cascoporro. Toda muy bien hilada y ejecutada, por supuesto (el poder icónico del batallón simio es brutal), pero a mi juicio excesiva para una película con ideas propias, que no necesita echar mano de la acción para rellenar minutos.
Dicho esto, lo bonito de Amanecer es la atmósfera que logra crear en todo momento con unos efectos digitales perfectamente integrados en la trama y una música magistral a cargo de mi idolatrado Michael Giacchino, uno de los pocos al que acabé salvando de la quema de “LOST”.
Para un post aparte darían los encendidos debates que la película ha originado en torno a la nominación si/nominación no de actores que quedan ocultos bajo los efectos digitales. A este respecto yo solo diré que ver el trabajo de Andy Serkis como César y Toby Kebbell en el papel de Koba, debería despejar las dudas de todos los Académicos que aún no dan su brazo a torcer y siguen negando la mayor.
Nota final: entre las idas de olla de Gary Oldman en las entrevistas viene concediendo últimamente, solo diré que hubo un momento de iluminación en sus declaraciones, cuando afirmó que al revisionar sus films, se veía ligeramente sobreactuado. Pues eso Gary. Háztelo mirar.