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Voto de kubelik:
9

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9
7.2
44,344
Musical. Drama. Romance
El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman) es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe). Cuando Valjean decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine (Anne Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Adaptación cinematográfica del famoso musical 'Les miserables' de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2012
25 de diciembre de 2012
200 de 259 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no soy una gran admiradora del cine musical. A pesar de que en los últimos años el género consiguió modernizarse un poco con películas como Chicago o Moulin Rouge, la mayoría de los musicales estrenados en los últimos años no dejan de ser una serie de coreografías más o menos llamativas al servicio de historias planas (véase Burlesque, Mamma Mia o Hairspray) y eso por no hablar de las clásicas películas con las que cada año nos aterrorizan en navidades, (como Mary Poppins o Sonrisas y Lágrimas)
Los Miserables es algo muy distinto a todo lo que hayamos podido ver antes.
Aquí las canciones no están al servicio de la coreografía, sino de los sentimientos y de la historia. Desde el minuto uno, los primeros planos del (colosal) Hugh Jackman, mientras que narra su vida, despejan todas las dudas o prejuicios con los que podíamos haber entrado en la sala. Y es precisamente en este sentido, que la película roza (sino alcanza) la perfección: el reparto es insuperable desde el primero al último, pero con mención especial al citado Hugh Jackman y a una espléndida Anne Hathaway, que logra ponernos los pelos de punta con la versión de “I Dreamed a Dream”: 5 minutos de auténtico cine condensado en un solo plano.
Si bien es evidente que el material con el que cuenta Tom Hooper es indiscutible (Los Miserables lleva más de 25 años paseándose por los teatros de medio mundo) queda patente que el director no solo comprende el mensaje que Victor Hugo quería transmitir con esta obra, sino que respeta de manera increíble el original y deja claro que no solo bebe de influencias teatrales: el espíritu de David Lean sobrevuela bastantes partes de la película y es inevitable ver influencias de Doctor Zhivago en varias partes de la historia, especialmente en la segunda parte del film, donde empezamos a ver el alzamiento del pueblo contra los represores.
En definitiva, Los Miserables es, una historia de superación, de redención y de amor en el sentido mas amplio de la palabra, que logra abordar con gran acierto temas universales: porque todos hemos sido en algún momento de nuestra vida como Jean Valjean, como Fantine, como Eponine e incluso como Javert.
Una película del todo recomendable que es difícil que deje insatisfecho, y un gran despliegue musical al servicio de la historia donde todo logra destacar (actores, vestuario, ambientación…) pero nada ensombrece ni nos aparta por un momento del mensaje principal de la película:
Aquel que quiera cambiar el mundo, primero debe ser capaz de cambiarse a si mismo.
Los Miserables es algo muy distinto a todo lo que hayamos podido ver antes.
Aquí las canciones no están al servicio de la coreografía, sino de los sentimientos y de la historia. Desde el minuto uno, los primeros planos del (colosal) Hugh Jackman, mientras que narra su vida, despejan todas las dudas o prejuicios con los que podíamos haber entrado en la sala. Y es precisamente en este sentido, que la película roza (sino alcanza) la perfección: el reparto es insuperable desde el primero al último, pero con mención especial al citado Hugh Jackman y a una espléndida Anne Hathaway, que logra ponernos los pelos de punta con la versión de “I Dreamed a Dream”: 5 minutos de auténtico cine condensado en un solo plano.
Si bien es evidente que el material con el que cuenta Tom Hooper es indiscutible (Los Miserables lleva más de 25 años paseándose por los teatros de medio mundo) queda patente que el director no solo comprende el mensaje que Victor Hugo quería transmitir con esta obra, sino que respeta de manera increíble el original y deja claro que no solo bebe de influencias teatrales: el espíritu de David Lean sobrevuela bastantes partes de la película y es inevitable ver influencias de Doctor Zhivago en varias partes de la historia, especialmente en la segunda parte del film, donde empezamos a ver el alzamiento del pueblo contra los represores.
En definitiva, Los Miserables es, una historia de superación, de redención y de amor en el sentido mas amplio de la palabra, que logra abordar con gran acierto temas universales: porque todos hemos sido en algún momento de nuestra vida como Jean Valjean, como Fantine, como Eponine e incluso como Javert.
Una película del todo recomendable que es difícil que deje insatisfecho, y un gran despliegue musical al servicio de la historia donde todo logra destacar (actores, vestuario, ambientación…) pero nada ensombrece ni nos aparta por un momento del mensaje principal de la película:
Aquel que quiera cambiar el mundo, primero debe ser capaz de cambiarse a si mismo.