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España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
6
Thriller Un respetado abogado americano (Fassbender) decide participar por primera vez en una operación de tráfico de drogas en la frontera mexicana con el fin de conseguir dinero para casarse con su novia (Penélope Cruz). Sus contactos con los cárteles son Reiner (Javier Bardem), un capo de la droga muy enamorado de su chica, la sexy y ambiciosa Malkina (Cameron Diaz), y Westray (Brad Pitt), un intermediario amigo suyo. Primer guión ... [+]
29 de noviembre de 2013
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Consejero es una película de difícil lectura, no apta para todos los paladares, ya que su historia está narrada de una forma particular, difícil de entender si no hacemos dos cosas: la primera, ser abierto de mente y la segunda, no ir con pretensiones de que vamos a encontrarnos con un thriller trepidante y potente porque no lo es.

Ver esta película suscita varios problemas para el público en general, es decir, la gran mayoría, siendo el primero de ellos su narración, la cual es demasiado ambigua, aunque no inentendible. Esto imagino que ocurre porque se ha querido plasmar en la pantalla de forma literal los hechos del libro, cosa que considero un error que acaba lastrando a la película y porque no decirlo, sentenciándola de por si.

Nos encontramos en Nuevo México, lugar de contrabando en el que un abogado (Michael Fassbender, Shame, 2011) de cierto prestigio quiere adentrarse en el turbio negocio de las drogas mediante su socio Reiner (Javier Bardem, Alacrán enamorado, 2013) para sacar tajada. Todo parece funcionar bien hasta que surgen problemas. Y en un mundo como el de las drogas en los que hay cárteles mexicanos y sicarios de por medio, es difícil salir impune.

Trato de comprender en cierto modo la idea que han tenido tanto el realizador Ridley Scott (Alien, el octavo pasajero, 1979) como el escritor Cormac McCarthy al ofrecernos una visión distinta sobre las consecuencias que tiene el tráfico de drogas en un mundo en el que los errores no perdonan a nadie, pero se me hace difícil. La película acaba envolviéndose de complejos diálogos, metáforas que no tienen sentido (quizás en la obra literaria si) y escenas poco descriptivas para que el espectador se sitúe. En definitiva, uno ha de estrujarse un poco el tarro para saber de que va todo este tinglado que estamos visualizando, cosa que a mí no me disgusta, pero que estoy muy seguro que el público en general no será capaz de tolerar algo así.

A todo ello, debo admitir que hay ciertas partes (siendo las mejores aquellas en las que El Consejero y Reiner dialogan) que son pura maestría, debido a que ciertos diálogos, envueltos de una frialdad insuperable, son capaces de estremecerme del asiento. Pienso que aquí los actores juegan un papel importante, ya que creo que sin sus grandes cualidades interpretativas (con excepciones), hubiera costado entender más la trama. Pese a mi admiración por Michael Fassbender, aquí su protagonismo me parece vital para comprender la historia, pero no prescindible, ya que al fin y al cabo forma parte de un entramado que sale mal y acaba pagando las consecuencias. Aquí, si hay que centrarse en alguien, debe ser en Cameron Díaz (La Máscara, 1994), interpretando a Malkina, quien aparentemente parece ser una simple mujer de un traficante de drogas y acaba siendo la que maneja todo el cotarro, es decir, la que hace y deshace según le convenga. Es la gran reina de un tablero de ajedrez en la que si ha de destruir a peones, caballos o torres, lo hará sin miramiento. Es una superviviente y como tal no tiene escrúpulos. Javier Bardem, por su parte da vida a Reiner, traficante de drogas y pareja de Malkina. Su rol y físico extravagante son solo pura fantoche, ya que si en primera instancia pensamos que es él quien maneja el cotarro, es todo lo contrario.

Es un simple peón en toda esta historia. Por otra banda nos encontramos a Brad Pitt (“Guerra mundial Z” 2013) ejerciendo el rol de Westray, un intermediario entre Reiner y el Consejero que conoce mucho mejor que ambos el mundo de las drogas, el cual decide darse el piro a tiempo debido a que sabe que si algo surge mal, las consecuencias serán terribles. Por último, quiero remarcar la patética interpretación de Penélope Cruz (Blow, 2001) , interpretando a Laura, quien tiene una relación con el Consejero. Bien, pues el hecho de ser el personaje que peor lo hace es debido a que cuando ves a su personaje hablar (viéndolo en V.O.S) notas que no hay naturalidad en su inglés, notándose demasiado que es como si lo hubiera ensayado, haciéndolo poco creíble y por tanto, haciendo a su personaje nefasto. Afortunadamente la actriz goza de pocos minutos para alivio del espectador. Me choca este asunto porque a Javier Bardem lo escucho hablar y no noto nada raro, todo lo contrario, siendo su inglés perfecto.

Por último recalco que la cinta tiene una moraleja final bastante curiosa, pero ya poco interesante al habernos encontrado con una cinta lastrada y llena de obstáculos que han impedido ver con comodidad una cinta dificultosa, agria y de atmósfera fría, me atrevería a decir que del mismo estilo de No es país para viejos (2007). Quizás si la adaptación hubiera sido llevada por otro director el resultado hubiera sido mejor. Aunque yo pienso que aquí la cagada no ha sido de Ridley Scott al completo sino que el error es que Cormac McCarthy se haya involucrado tanto en la cinta, limitando las libertades que podría haber tenido una cinta que veo mutilada en muchos aspectos.
SCuenca
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