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Voto de VíctorVirgos:
6
Comedia. Romance Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz que no ha tenido que salir jamás de su Sevilla natal para conseguir lo único que le importa en la vida: el fino, la gomina, el Betis y las mujeres. Todo cambia cuando conoce una mujer que se resiste a sus encantos: es Amaia (Clara Lago), una chica vasca. Decidido a conquistarla, se traslada a un pueblo de las Vascongadas, donde se hace pasar por vasco para vencer su resistencia. Adopta el ... [+]
25 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8 APELLIDOS VASCOS

La película tiene donaire y mucha verborrea por parte del simpático y carismático monologuista Dani Rovira. Graciosa y distendida, cosechada con montones de situaciones jocosas, “8 apellidos vascos” no destaca especialmente por su guión, que es bastante deslavazado.

La trama es anodina, y por sí sola no lograría despuntar ni recabar grandes gestas. Sin embargo, capitanea esta historia de amalgama vasca y andaluza un excelso cuarteto de actores como: Karra Elejalde, Carmen Machí, Dani Rovira y Clara Lago.

Es evidente, y uno de los grandes acicates, por cierto, la química que impregna la pantalla cuando la invaden con su descaro y frescura Dani Rovira y Clara Lago. Ellos logran con su impecable trabajo extraer pepitas de oro allá donde sólo hubiera ascuas.

Es bastante procaz el libertinaje que se gastan Rovira y sus compinches andaluces, ¡menuda parejita!, con cada alusión a los vascos; todo ello tejido con mucho chascarrillo y guasa popular. La película roza el paroxismo del surrealismo con ese vivaracho y locuaz Rafa (Dani Rovira) suplantando al “marido en ciernes” de Amaia (Clara Lago), una madre postiza (Carmen Machí) y Karra Elejalde, padre de la novia, picando el anzuelo de la chapucera mascarada.

Clara Lago está brillante como vasca lenguaraz vestida de folclórica en la primera escena.

Rovira es el típico “pseudo-galán” adocenado que conquista a la dama de turno por pura carambola, con menos dotes para la seducción que una monja de clausura del medievo. Pero Rovira es como una metralleta que disparara a bocajarro toda suerte de dislates, ocurrencias ingeniosas y chanzas de lo más agudas y chuscas. Al final te acabas riendo y disfrutando con su impenitente discurso, que en su justa medida es bienvenido, pero que con la usura del exceso acabaría resultando pantagruélico.

VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR
WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
VíctorVirgos
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