Conocí esta desconocida serie por casualidad. Me puse a buscar películas de Gabriel Byrne en Filmaffinity y me llamó atención algo suyo con una media de casi un 8. Cuando me di cuenta de que era una serie, la busqué por todas partes hasta que la encontré y me tragué los 43 episodios que pensaba que conformaban la serie entera, pero resulta que hay una segunda temporada. Ya he empezado a buscarla.

Paul (Gabriel Byrne) es un psicólogo con varios pacientes, pero la serie se centra en cuatro de ellos: un piloto de combate prepotente, un matrimonio joven que se lleva fatal, una chica gimnasta de 16 años muy impertinente y lista a la vez, y Laura (Melissa George), una chica 20 años más joven que él y que está que se rompe.

Pero el asunto no está sólo en los pacientes, sino que el propio Paul también tiene sus problemas personales, como todo hijo de vecino. Precisamente ese es el mensaje: todos somos humanos, incluyendo a los psicólogos, que parecen a veces semidioses sentados en su sillón y tú en tu diván hablando sin parar y ellos asentiendo, que parecen que son de piedra.

Si te dicen que la serie se desarrolla íntegramente entre cuatro paredes, y es ver a un grupo de gente hablando y hablando sin parar sin nada de acción, quizás pienses que va a ser un tostón. Pero unos actores, guión y dirección excelentes hacen que estemos ante un trabajo muy serio y meticuloso, de gran calidad y muy original (pese a proceder de otra serie, un remake vamos).