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Voto de reporter:
5
2008
5.4
1,409
Animación. Aventuras. Fantástico
Adaptación a la gran pantalla de una serie de televisión homónima. Zoe es una niña que cree en cuentos de hadas... no porque sea ingenua, sino porque le gustan los cuentos de hadas. Por eso, para ayudar a su tío Lord Arnold a deshacerse de un terrible dragón, Zoe decide que tiene que encontrar a los héroes apropiados. Cuando conoce a Gwizdo y Lian-Chu -una pareja del tres al cuarto, irresponsables cazadores de dragones, decide que va a ... [+]
3 de marzo de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de animación es uno de los sectores en los que la competencia es actualmente más dura, sobre todo gracias al brillante trabajo de alguna que otra gran factoría de la cual no haremos publicidad -total ¿qué falta le hace a Pixar?-. Uno de los síntomas más obvios de dicha rivalidad son las películas que, estrenándose casi al unísono y apadrinadas por productoras distintas, tratan temas o dibujan mundos de sospechosa semejanza. Famosos son los precedentes de las hormigas (‘Bichos’ contra ‘Antz, Hormigaz’) y los peces (‘Buscando a Nemo’ contra ‘El espantatiburones’). Unos piques que han estado siempre protagonizados por la famosa “lámpara saltarina” y los únicos que han conseguido en alguna ocasión poner en duda su hegemonía: la gente de DreamWorks.
Se mantiene la segunda parte actora, pero aparece un nuevo contendiente llamado Futurikon... y viene de Europa. Al parecer la animación del viejo continente se ha puesto las pilas. Ya lo dejó latente la española ‘Planet 51’, que mostró que al menos en el apartado técnico, poco o nada tenemos que envidiar a las grandes producciones que nos llegan desde el otro lado del charco, y ahora a la francesa ‘Cazadores de dragones’ no le tiembla el pulso a la hora de enzarzarse en la nueva batalla temática. ¿Qué mejor prueba de que nuestra animación goza de un excelente estado de salud? Y es que, debido al clásico desfase que caracteriza demasiado a menudo nuestra cartelera, el pixel literalmente va a sacar humo, ya que pocas semanas después de la llegada de la película que hoy nos concierne, lo hará ‘Cómo entrenar a tu dragón’, nueva apuesta de la todopoderosa industria yanqui.
La primera parada en el universo de los escupe-fuego la hallamos pues en Francia. Los debutantes Guillaume Ivernel y Arthur Qwak adaptan a la gran pantalla la serie televisiva de mismo título cambiando el pincel tradicional por las más avanzadas técnicas digitales. Allí es donde reside el gran atractivo de ‘Cazadores de dragones’, ya que las imágenes renderizadas por ordenador consiguen un espectáculo visual de primer nivel. No tanto en lo que se refiere a los personajes, que se antoja demasiado caricaturesco, sino más bien en el diseño de un mundo fantástico que como tal, a veces está totalmente carente de lógica, pero no por ello deja de ser fascinante.
Se mantiene la segunda parte actora, pero aparece un nuevo contendiente llamado Futurikon... y viene de Europa. Al parecer la animación del viejo continente se ha puesto las pilas. Ya lo dejó latente la española ‘Planet 51’, que mostró que al menos en el apartado técnico, poco o nada tenemos que envidiar a las grandes producciones que nos llegan desde el otro lado del charco, y ahora a la francesa ‘Cazadores de dragones’ no le tiembla el pulso a la hora de enzarzarse en la nueva batalla temática. ¿Qué mejor prueba de que nuestra animación goza de un excelente estado de salud? Y es que, debido al clásico desfase que caracteriza demasiado a menudo nuestra cartelera, el pixel literalmente va a sacar humo, ya que pocas semanas después de la llegada de la película que hoy nos concierne, lo hará ‘Cómo entrenar a tu dragón’, nueva apuesta de la todopoderosa industria yanqui.
La primera parada en el universo de los escupe-fuego la hallamos pues en Francia. Los debutantes Guillaume Ivernel y Arthur Qwak adaptan a la gran pantalla la serie televisiva de mismo título cambiando el pincel tradicional por las más avanzadas técnicas digitales. Allí es donde reside el gran atractivo de ‘Cazadores de dragones’, ya que las imágenes renderizadas por ordenador consiguen un espectáculo visual de primer nivel. No tanto en lo que se refiere a los personajes, que se antoja demasiado caricaturesco, sino más bien en el diseño de un mundo fantástico que como tal, a veces está totalmente carente de lógica, pero no por ello deja de ser fascinante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se nos presenta un reino que vive sumido en un miedo atávico, fruto de la amenaza constante de un apocalipsis que se antoja muy próximo. En estas circunstancias, entre grandes bloques de roca que desafían la ley de la gravedad (de nuevo, que nadie se confunda por el retraso de nuestra cartelera... los franceses llegaron antes que Pandora) y ruinas de edificaciones antaño esplendorosas, el concepto de decadencia está presente a lo largo de toda la aventura, de una forma poética y espectacular. Para los entendidos, en el lejano oriente, los programadores del respetadísimo Team ICO deben estar aplaudiendo a rabiar. Si sólo dependiera de los aspectos técnicos, con ‘Cazadores de dragones’ estaríamos seguramente ante un nuevo hito de la animación.
Pero como se ha dicho antes, las exigencias en éste sector han subido mucho últimamente, debiéndose mostrar notables aptitudes en todos los aspectos que componen el filme con tal de que éste pueda ser recordado transcurridos unos cuantos años. No es el caso del trabajo de Ivernel y Qwak, ya que si bien se han puesto al nivel americano en lo que al aspecto visual se refiere, desgraciadamente su guión también ha heredado las tendencias más burdas de dicha industria. Personajes aspirantes a bufón y empeñados en soltar una gracieta cada vez que abren la boca; sobadísimos tópicos que nos hablan de los valiosa que es la amistad, etc. Unos tics que para molestarán al público más infantil (que es, no lo olvidemos, a quien va dirigida la cinta), pero que, tal como sucediera con ‘Planet 51’, constatan que la excelencia visual no se ha visto correspondida por el contenido.
Pero como se ha dicho antes, las exigencias en éste sector han subido mucho últimamente, debiéndose mostrar notables aptitudes en todos los aspectos que componen el filme con tal de que éste pueda ser recordado transcurridos unos cuantos años. No es el caso del trabajo de Ivernel y Qwak, ya que si bien se han puesto al nivel americano en lo que al aspecto visual se refiere, desgraciadamente su guión también ha heredado las tendencias más burdas de dicha industria. Personajes aspirantes a bufón y empeñados en soltar una gracieta cada vez que abren la boca; sobadísimos tópicos que nos hablan de los valiosa que es la amistad, etc. Unos tics que para molestarán al público más infantil (que es, no lo olvidemos, a quien va dirigida la cinta), pero que, tal como sucediera con ‘Planet 51’, constatan que la excelencia visual no se ha visto correspondida por el contenido.