Recoge poca de la maestría del genial Edgar Allan Poe. La historia se desdibuja, hundiéndose en el desconcierto; el mismo que provoca en el espectador.

Kate Beckinsale, nos ofrece su increíble belleza, gestada dentro del manicomio, peinada y maquillada como si participase en una romántica película Victoriana.

Ben kingsley correcto y acertado, como esperamos, sin salirse de su zona de confort, haciendo siempre el mismo papel aunque en distinto roll.

Jim Sturgess, muy atinado ejecutando su interpretación, como novato psiquiatra despistado... Michael Caine en una corta intervención sacando partido a todos los escasos elemento que ofrece su parte de guión.

En resumen: Una floja película, bien ambientada, excelente fotografía azulada, pero con un poco efectivo guión.