El tema que trata es muy serio. 20 años después de los atentados de Atocha, llega esta miniserie donde acometen la historia desde varios ángulos absolutamente perturbadores.

Ya desde el primer capítulo resulta inquietante, sabes lo que va a suceder aunque desconozcas el rumbo en los detalles. El personaje de Gabi de alguna manera me recordó comportamientos de aquel cine quinqui de finales de los setenta y ochenta; aunque evidentemente, aquí el asunto resulta incomparable.

Pese a ser su primera incursión en el cine, Roberto Gutiérrez aporta equilibrio a una interpretación con multitud de aristas. El ritmo es fluido, las escenas concisas, presentando a los personajes con una fluidez pocas veces utilizada en las series.