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Voto de daci:
9
Voto de daci:
9
2006 

Documental, Intervenciones de: Carlos Cristos
7.9
3,103
Documental
El médico Carlos Cristos, que a sus 47 años padece una enfermedad terminal, llama a un director de cine amigo suyo y le propone que registre su lucha por vivir y morir dignamente, sin dramatismo, y "si es posible con una sonrisa", acompañándolo en el tránsito entre la vida y la muerte. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2012
27 de mayo de 2012
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En 2003, el médico Carlos Cristos, afectado por una enfermedad neuronal degenerativa, le pidió a su amigo Toni Canet -director de cine- un favor: que filmara su camino a la muerte para animar a otras personas con problemas similares. "Las alas de la vida" es el resumen de ese insólito experimento: tres años de rodaje en los que Cristos ofreció una sobrecogerdora lección de humanidad y coraje. Una lucha perdida de antemano, pero que sirve para comprobar cómo la vida sigue fluyendo a pesar de todo.
Quien entre con reservas en el documental, poco a poco, acabará emocionado. El director logra evitar la sensiblería en escenas como la de Carlos visitando por última vez a sus padres o mientras llora al leer su testamento, mostrándolo con una franqueza desarmante. Y es que el film logra conectar con sentimientos que se encuentran en el subconsciente colectivo, y que terminan uniendo a los espectadores en un raro vínculo emocional al encenderse las luces. Porque lo que nos muestra no es ninguna ficción, sino la propia realidad: una vida que se apaga sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
Emotiva reflexión sobre la fragilidad de la vida.
Quien entre con reservas en el documental, poco a poco, acabará emocionado. El director logra evitar la sensiblería en escenas como la de Carlos visitando por última vez a sus padres o mientras llora al leer su testamento, mostrándolo con una franqueza desarmante. Y es que el film logra conectar con sentimientos que se encuentran en el subconsciente colectivo, y que terminan uniendo a los espectadores en un raro vínculo emocional al encenderse las luces. Porque lo que nos muestra no es ninguna ficción, sino la propia realidad: una vida que se apaga sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
Emotiva reflexión sobre la fragilidad de la vida.