Un thriller debe cumplir varias premisas, debe tener una intriga de mayor o menor calidad, un ritmo trepidante o al menos dinámico y que el público este pendiente en cada momento. Por desgracia la película carece de esas tres virtudes y eso en un thriller es insalvable.

Lo primero de todo, el guion no es nada mal y casi todos los fallos de la película se le pueden atribuir al director. EL comienzo no puede ser peor, la presentación de la protagonista se hace de forma chapucera, con esa mezcla de flashback y cámara lenta más propia de una película pretenciosa que de un thriller.

Ese abuso del flashback es por desgracia un recurso del mal director, uno o dos pueden ser entendibles pero cuando no aportan o pueden ser contados de otra manera denotan una falta de calidad del director. Y aquí es donde la película empieza a patinar en la falta de ritmo, estos saltos hacen que te pierdas la trama y se relaje la supuesta tensión.

Los personajes están tremendamente mal definidos. Emily Blunt hace un papel de dramón clásico, cosa que aquí no pega demasiado, ya sabemos que es alcohólica pero no hace falta que lo repita la primera media hora. El resto de personajes son unidimensionales, como digo los actores cumplen pero aportan poco.

También me gustaría decir que la película no parece de sobremesa de TV, carece del ritmo de una TV movie, carece de roles definidos y el final bueno eso lo dejo para la parte de abajo.