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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
7
Musical. Comedia. Romance El fotógrafo de una importante y conocida revista de moda busca una modelo que se salga de lo habitual. La casualidad lo lleva a una librería parisina donde, inesperadamente, descubre a una joven y tímida dependienta que reúne todas las cualidades que buscaba. Decide, entonces, convertirla en la mejor modelo de París. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Moderno cuento de la Cenicienta en el que una dependienta de una “siniestra” librería de Greenwich Village, cerrada a las emociones y entusiasta de un movimiento filosófico denominado enfaticalismo, ve como su vida puede cambiar de la noche al día.

Se trata de una simpática comedia romántico-musical, con una visión desenfadada sobre el mundo de la moda de los años 50. Tiene una estética muy llamativa, llena de colorido, utilizado de manera ingeniosa. La fotografía de Richard Avedon es muy destacable, así como los elegantes diseños de Givenchy, amigo personal de Audrey Hepburn y fiel colaborador.

Se hace un poco de sorna respecto a los movimientos existencialistas de la época, en tono de broma, de la misma manera que se ridiculiza la superficialidad de algunos aspectos del mundo de la moda (por ejemplo, la modelo Marion, incapaz de pensar, sólo sabe poner posturitas), al tiempo que se elogia (tiene también la capacidad de hacer realidad los sueños o unir a personas).

Respecto a los números musicales, hay un poco de todo: buenos números (como mi preferido, el de la ciudad del amor, París, en donde se hace un breve repaso de los ilustres monumentos, como la inolvidable estampa de la Victoria de Samotracia con Audrey de rojo o el de Fred Astaire en plan torero), otros simpáticos (como Think Pink, realmente ingenios y técnicamente muy logrado, o Como ser un encanto) y algunos más discretos.
Sí es cierto que la diferencia de edad se nota, 27 radiantes años de Audrey por 57 de Fred, pero aún así la cinta funciona, gracias a la calidad de ambos, sobre todo, en los números musicales.
La solvencia de Fred Astaire en este terreno es incuestionable: lleva el baile en las venas. Audrey Hepburn, elástica y etérea, bien dotada para el baile, no en vano fue bailarina en sus inicios, está a su altura, ejecutando magníficamente sus números.


En definitiva, una película agradable, optimista, de gran belleza plástica en algunos momentos con tres grandes bailarines y grandes momentos musicales.
Y luego está Audrey Hepburn, deslumbrante, en uno de sus mejores momentos (tiene tantos mejores momentos…)
Gabriel Ufa
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