El titulo sólo es una frase de la amplia colección que aporta esta película. Bien podría haber elegido como portadora de titulo otra cualquiera que reflejara la moraleja de la historia que Sam Mendes nos plasma en la pantalla, como por ejemplo, "Para conseguir éxito hay que reflejar una imagen de éxito", "Dime de que presumes y te diré de que careces" ó "Las apariencias engañan". No obstante, y aunque el titulo no está relacionado con ninguna de estas últimas, refleja el otro fin didáctico de esta película, y se trata de aprender a fijarse en la belleza de lo más cotidiano, y disfrutarlo, tener ilusiones, cumplir expectativas, ser fiel a tus principios, a tu opinión, a tus gustos. Si algo no te gusta, no lo toleres o intenta cambiarlo. El temperamento rebelde del protagonista, que emana del encaprichamiento que le suscita uno de los personajes, va creciendo constantemente y le ayuda a ser intransigente con quien debe serlo y a sacarle de ese estado de apatía en el que se encuentra hundido.

Después de todo este entendimiento categóricamente subjetivo, daré paso a una explicación objetiva de lo que aporta este film:
-Apoteósica interpretación de kevin Spacey, caracterizando un personaje, que sin quererlo, resulta sarcásticamente simpático y sincero en todo lo que dice.
-Sublime guion, repleto de profundas y trascendentes reflexiones sobre lo menos llamativo que presenta el día a día. Con preciso toque de sorna que hace de las conversaciones que mantienen los personajes un arte lleno de presumidas ocurrencias y sutil sentido del humor.
-Dramáticamente no te dejara indiferente, de principio a fin.