No puedo mentir la lógica o lo imposible no existe en los guionistas tras una de las sagas más exitosas del cine. Le guste a quien le guste, la saga liderada por Vin Diesel ya es parte de nuestras vidas y aunque nada parezca que tiene sentido, es inevitable decirle que no a una entretención burda y maravillosa a la vez.

La décima entrega resulta ser aquella película que reúne todas las piezas para detonar el caos. Sí, Infinity War te pienso. Con todos los recaudos posibles, el trabajo que tiene esta décima entrega es darnos su propia versión del caos máximo. Bien o mal no importa las cartas ya están lanzadas y solo queda unirte o no a aquella partida correspondiente.

Una película que es una constante acción sin parar que te va dejando como el perfecto acompañante de Torretto en aquel Dodge. Es que la película mete un ritmo donde se lanza sin retorno a darnos el mayor espectáculo posible que tienen entre sus manos y lo consiguen de manera casi absoluta. Es cierto que tienen momentos en que parecen estar totalmente perdidos, pero nada de aquello importa cuando sabes que todo lo resolverán con un imposible y solo te quedas esperando que lleguen y te sorprendan.

El director Louis Leterrier deja volar su imaginación para darnos secuencias realmente que cautivan, que carecen de todo sentido común, pero que realmente se ven bonitas en pantalla cuando vez el resultado, claro de vez en cuando caemos en aquel CGI que no termina del todo bien, pero quien soy yo para juzgar eso si acabo de ver una bomba rodar por las calles de Roma.

Vin Diesel se encarga de dejarnos claro que nada más importa que la familia y con ello después de diez películas parece que estamos invitados a aquella barbacoa con que termina cada película. La importancia con que afronta aquello la película termina siendo lo que mantiene viva aún a esta franquicia más allá de todo el show visual que posee cada una de la película el sentido de amor y respeto por los cercanos que nos ha ensañado Torretto a lo largo de este tiempo nos tiene a nosotros como espectadores siendo uno más de clan en cada locura que se les ocurra.

Con dosis de humor, secuencias increíbles de acción y carreras como en la vieja época. Tenemos un recorrido por una película muy bien lograda que se convierte en una de las más agradables del último tiempo que nos ha entregado la franquicia, curiosamente que conectara con una de las mejores de toda la saga ya invita a que tengamos al menos un piso bastante interesante de donde partir.

Quizás el mejor villano de toda la saga queda en manos de un Jason Momoa que se luce por completo en su personaje y le entrega una nueva vitalidad a lo que ya teníamos, así como el ingreso de nuevos personajes y nuevas caras que logran tener sus momentos para recibirlos con todo el agrado, pero lo más significativo es que la película se da el lujo de tener giros que terminan siendo un aporte a lo que estamos viendo.

Se siente en el ambiente el comienzo del fin de un recorrido que muchas veces se ha pensado que ya debería haber acabado, pero francamente con cada nueva entrega y cosas que no tienen lógica siguen llevándote al paraíso de la diversión y la simplicidad de algo que no tiene sentido, pero que están deseable que terminas gozando todo lo que nos dan y generándote expectativas a todo lo próximo que nos podrían dar.

Una jugada inteligente de darnos una primera parte, ya que el camino increíblemente está bien construido dentro de un mundo donde nada importa, porque los que creíamos muertos aún están y por qué los autos vuelan por lugares imposibles, es imposible que le digas que no a esta familia en la que siempre nos termina conquistando para que queramos mucho más de ellos y eso lo saben muy bien.