Supongo que mola ser fan de Dario Argento (como serlo de las pelis de la Hammer) pero hay que decir bien claro que esta película es intrascendente y fea.
A lo mejor su autor pensaba que el colmo del logro estético residía en conseguir una película equivalente al chirrido de una tiza en la pizarra porque eso es precisamente lo que ha logrado.

Desde la música (cansina, machacona, fuera de lugar), hasta la fotografía (esos rojos y esos azules que queman la retina), pasando por los escenarios (¿qué hace esa maraña de cables en el suelo en una de las escenas de asesinato? ¿era una escultura moderna?), la planificación (esa conversación entre la prota y el erudito al pie de un rascacielos...), las interpretaciones... todo es feo y estridente en esta película.

En mi opinión, es aburrida y no vale ni como de peli de culto a la inversa (de esas que precistamente por malas resultan entrañables).