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España España · Barcelona
Voto de polvidal:
5
Thriller. Intriga. Drama Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie deciden viajar a Moscú en el Transiberiano, el ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias rusas del Lejano Oriente. Aunque la gente que viaja en el gigantesco y sombrío tren es bastante extraña, la pareja no tarda en entablar relación con sus compañeros de compartimiento, Carlos y Abby, y con el inspector Grinko, que investiga el asesinato de un narcotraficante. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2008
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientar una película en el Transiberiano es casi tan acertado como hacerlo en el Titanic. Más que medios de transporte, constituyen auténticas leyendas de la cultura popular y que por tanto arrastrarán de bien seguro a miles de espectadores atraídos por el aura de misticismo que los rodea. Aunque la ruta ferroviaria más famosa del mundo, al contrario que el fatídico buque, nunca ha derivado en tragedia, sí que mantiene en común esa esencia del más difícil todavía que durante siglos ha apasionado a la raza humana. Obras faraónicas e inabarcables que siempre despertarán la curiosidad de los mortales.

Añadir a los 9.288 kilómetros de una ruta legendaria que atraviesa ocho zonas horarias una historia de misterio y suspense parece entonces la fórmula perfecta para un triunfo asegurado. Sin embargo, el thriller ha debutado en nuestro país situándose en la sexta posición en taquilla. ¿Qué ha fallado?

Transsiberian defraudará y entusiasmará a bien pocos porque es una pura previsión. Por un lado reúne todos los requisitos de una película de suspense con drogas de por medio. Traficantes desalmados, métodos de tortura, giros más o menos inesperados y, sobre todo, unos protagonistas descaradamente inocentes. En la película, los rusos siguen siendo lo malos, los latinos unos salidos y los norteamericanos unos tontos de remate. De ahí que la Jessie que encarna de manera muy notable Emily Mortimer no sospeche en ningún momento ni de la evidencia.

Por otro lado, en esta especie de ‘rail movie’ con origen en Pekín y destino a Moscú, se incluyen las mismas cualidades que caracterizan al género sobre ruedas. Personajes que entran, personajes que se van, paradas, interrupciones, cambios de ruta, contratiempos. En las películas, los viajes nunca salen como uno los había planeado y en el caso de Transsiberian no podía ser menos. Como siempre, los protagonistas aprenden, reflexionan y maduran con la experiencia.

La película despunta en determinadas secuencias, como el agonizante momento en que Jessie lucha por deshacerse de una mochila repleta de matriuskas, pero también fanfarronea en exceso a la hora de hacer desaparecer, como si de David Copperfield se tratara, vagones y pasajeros del Transiberiano. Un filme que equilibra de forma tan eficaz méritos y deméritos, que provoca en el espectador reacciones tan neutrales, sólo puede calificarse, del 1 al 10, con un 5 pelado.
polvidal
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