El arranque de la película es de “miedo” y promete algo interesante procedente de un director que sabe de cine, le gusta el cine, y sabe divertirse con el cine. Pero mantener un ritmo, a partir del inicio creado, es muy difícil y la película va decayendo, sin abandonar en ningún momento ese tono cómico de homenaje a muchas películas que los cinéfilos sabrán ver. Lo que ocurre es que la base de esta comedia está construida sobre los tópicos, una vez más, del mundo homosexual, o mejor sería decir del mundo “mariquita”, y eso, ya por visto, cansa. Justo el mismo día que estaba viendo esta película ha muerto Alfredo Landa, un gran actor español, cuyos principios fueron en un sinfín de comedias basadas en el “machismo” más recalcitrante, en las cuales, aparte de que el espectador se divertía, había buenas muestras de interpretación por parte de los actores y de buen hacer por parte del director. Como en esas películas de Alfredo landa, aquí también se encuentra uno con buenas dosis de carne, salvo que en este caso es de cuerpos masculinos muy bien estructurados, y saben como enseñarla, ya que algunos de ellos son conocidos como actores porno de películas gay. Y eso es lo que uno se encuentra en esta película, que estoy seguro gustará a bastante gente, es decir, se lo pasaran bien sin complicaciones. Los homófobos huid.