Terminada mi sesión de "electrosock" ahora me veo más capaz para articular palabra hacia una obra de arte, digna de ser mostrada en en el Prado, el Louvre, el Sofía o ARCO.

El director Claudio "FraCasso" se encarga de mostrarnos la bucólica experiencia de unos duendecillos malolientes adictos al blandiblu, orquestados por una señora puta, pero señora al fin y al cabo, cuya máxima aspiración en la vida es tirarse a un buen querubín mientras hierven unas buenas palomitas.
A título personal: no resulta muy erótico tirarse a alguien sobre montones de palomitas saladas. Ya se sabe, la sal y el sexo son como el alcohol y la leche: se cortan.

Desde el minuto cero, ya sabes a lo que te vas a enfrentar: la caratula lo dice todo. Cine hecho por y para el descojone colectivo. Nada es tan surrealista como el propio doblaje o las caretas de los temidos¿? trolls?¿?¿?¿?¿?.

Por no hablar de los diálogos, que ni Henry Miller podría haber representado mejor la decadencia del microcosmos que compone el firmamento friki-trónico.

La mala es tan inofensiva como atroz sus gestos ¿?¿?¿?¿interpretativos?? suponiendo una nueva decostrucción de ese ser tan incomprendido y muchas veces vapuleado de Morgana y las leyendas Artúricas.

Para concluir en una brillante apología del veganismo o la parafilía palomitera o del blandiblu... Ummm no puedo resistirme a ese olorcillo a pegamento, petroleo y plutonio, (el bladiblu brillaba en la oscuridad)

Así que creo que bajaré ahora a los chinos a pillarme un par de botes del citado producto, con la esperanza de ver cómo me transformo en un ser más apetecible para los goblins.

Lo peor no es haber visto la película, lo peor es que esté hablando de ella... ¡Eh! Espera... O era del blandiblu?¿ No sé, ya no me acuerdo.

¡¡¡¡Araggggggggggg!! Soy un puto Goblin!!!!