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Voto de Buscapé:
9

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9
6.6
56,996
Terror
Varios jóvenes de una pequeña localidad tienen habitualmente pesadillas en las que son perseguidos por un hombre deformado por el fuego y que usa un guante terminado en afiladas cuchillas. Algunos de ellos comienzan a ser asesinados mientras duermen por este ser que resulta ser Freddy Krueger, un hombre con un pasado abominable. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2014
11 de abril de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wes Craven se sirvió de la muerte de varios niños camboyanos que fallecieron durmiendo, traumatizados por la terrible dictadura de Pol Pot. Se le llamó "El síndrome de la muerte asiática". Así como el nombre de Freddy Kruger fue tomado de un antiguo acosador de la infancia del propio cineasta.
Pero vallamos a la película: a día de hoy sigue conservando ese toque perturbador por la magistral reproducción de lo que es una verdadera pesadilla. El opening mientras vemos como Freddy se confecciona el guante con la cuchillas es aterrador, así como los sonidos y gemidos del terrible psicópata.
La propia pesadilla inicial de Tina, con el homenaje de la oveja a Buñuel, así como el juego de planos y sombras llevan al espectador a una sensación de indefensión insólita por el horror ante lo desconocido. También se perfilan muchos homenajes: a Psicosis con los planos y sombras, los cuentos clásicos con "El Mago de Oz" y la malvada bruja del Oeste.
La composición de colores: verde y rojo, las formas puntiagudas y sinuosas nos retrotraen a nuestros miedos ancestrales y los terrores nocturnos.
La escena en la que Nancy es tratada en el centro médico para el control del sueño, aun sin mostrar nada, sólo con los sonidos, intuimos el pavor de la escena.
Fue el debut de Johnny Deep, aquí brutalmente masacrado. Y quizás la última gran película de Wes Craven, un director ciertamente irregular con sus películas, pero que aquí logra la "Magna Cum Laude" de lo que tiene que ser una historia de terror: anular las defensas racionales, sumergir al espectador en un pozo oscuro y oxidado y empezar a jugar al gato y al ratón con el monstruo. Que jamás llegamos a verlo en todo su esplendor, sólo vemos su horrible desfiguración, las espantosas cuchillas y su voz quebrada.
Pero vallamos a la película: a día de hoy sigue conservando ese toque perturbador por la magistral reproducción de lo que es una verdadera pesadilla. El opening mientras vemos como Freddy se confecciona el guante con la cuchillas es aterrador, así como los sonidos y gemidos del terrible psicópata.
La propia pesadilla inicial de Tina, con el homenaje de la oveja a Buñuel, así como el juego de planos y sombras llevan al espectador a una sensación de indefensión insólita por el horror ante lo desconocido. También se perfilan muchos homenajes: a Psicosis con los planos y sombras, los cuentos clásicos con "El Mago de Oz" y la malvada bruja del Oeste.
La composición de colores: verde y rojo, las formas puntiagudas y sinuosas nos retrotraen a nuestros miedos ancestrales y los terrores nocturnos.
La escena en la que Nancy es tratada en el centro médico para el control del sueño, aun sin mostrar nada, sólo con los sonidos, intuimos el pavor de la escena.
Fue el debut de Johnny Deep, aquí brutalmente masacrado. Y quizás la última gran película de Wes Craven, un director ciertamente irregular con sus películas, pero que aquí logra la "Magna Cum Laude" de lo que tiene que ser una historia de terror: anular las defensas racionales, sumergir al espectador en un pozo oscuro y oxidado y empezar a jugar al gato y al ratón con el monstruo. Que jamás llegamos a verlo en todo su esplendor, sólo vemos su horrible desfiguración, las espantosas cuchillas y su voz quebrada.