"Megaconda"... "Megatiburón Contra Pulpo Gigante"... "Megatiburón Contra Crocosaurio"... (Y encima es que no se dan por vencidos y terminarán sacando "Megalombriz Contra Gigatopo"... "Megacoliflor Contra Gigarremolacha"... "Megacacahuete"...)

Irónicamente, todo lo que se titula "Mega...", termina siendo "Mini..."

Lo que no alcanzo a entender es cómo algunos productores se prestan a semejantes atrocidades audiovisuales y algunos actores (de conocida fachada pero dudosa valía) se dejan embarcar (y embaucar) en tan exóticos experimentos.

Y lo que tampoco llego a explicarme es cómo, después de esperpentos como estos, todos esos "profesionales" no se han visto hundidos en la miseria más absoluta por siempre jamás.

Los efectos especiales, por su parte (y para ayudar aún más al paquete), son tan rematadamente malos e hilarantes, que estas películas deberían dejar de considerarse "Ciencia Ficción" para pasar a ser consideradas y catalogadas directamente de "Comedia".

El conjunto (entre guión, actores, encuadres, efectos, dirección, etc), la verdad es que no tiene desperdicio si se ve con esos ojos, pues el constante descojone está asegurado.

Perfecta para pasar una tarde con los amigotes rodeados de birras, palomitas y pizza y no parar de reír... (Porque definitivamente todo el alcohol y la grasa lo váis a quemar haciendo abdominales con cada carcajada.)

Os aconsejo que no la veáis con otros ojos porque, si no, es para matarlos a todos.

¿Por qué no se puede votar con un cero patatero (suspenso absoluto, irrevocable y con deshonra perpetua) como en cualquier examen, para dejar bien patente el más vergonzoso de los despropósitos?

Mala no. Pésima tampoco. Ni siquiera lo siguiente... Sino lo de más allá (¡porque esto roza el poltergeist!)