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Voto de JULIUS HENRY:
10
Drama América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en ... [+]
23 de diciembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco, hablando con un conocido que es, realmente, un gran entendido en cine, comentábamos varias películas y obviamente salió a relucir El Padrino. Yo le dije, que ésta película está entre las cinco mejores de toda la Historia, sino la segunda o tercera. Él me dijo que sí, que obviamente era una película enorme, formidable, pero que ni de lejos estaba en esa posición habiendo otras como por ejemplo Ninotchka, Ordet, Centauros del desierto, Historias de Filadelfia ó Cuentos de Tokio, por poner algunos ejemplos. Todo esto para hacerme ver que para calificar una película antes había que ver cine de los años 60 para atrás, y entonces, con ese visionado, podríamos calificar las películas. Su teoría, ciertamente, no es del todo mala. Y realmente tiene razón si lo vemos en perspectiva. No obstante, a riesgo de ser cargante, y por suerte, habiendo visto muchísimas películas de los 60 para atrás (cosa que por cierto, recomiendo a la gente que verdaderamente ame el cine en toda su dimensión... ahí lo dejo), entre ellas las citadas, creo que he logrado averiguar la razón por la que esta película, a mi juicio, y creo que en el fondo y sin que se hayan dado cuenta, en el de mucha gente, merece estar entre las, como he dicho al principio, las 5 mejores de la historia. La razón es esta: de todas las citadas y muchísimas otras mas, ninguna me produce esta sensación, y es la empatía. Sí, empatía por los personajes protagonistas de esta cinta. Un inciso: vaya por delante que para mí los tres padrinos son una sóla y monumental película, por mucho que la segunda esté considerada la mejor y la tercera digan que decae muchísimo. Para mí las tres son un uno, cada una en su contexto, circunstancia y coyuntura. Dicho esto prosigo. Los protagonistas de esta película son seres abyectos, lo peor del género humano (que no de la sociedad), asesinos despiadados que sólo miran sus propios intereses y tan sólo miran lo suyo, ya sea familiar, económico o moral, sin importarles lo más mínimo las consecuencias derivadas de sus actos. Son personas despreciables para con el resto de los seres humanos. Pero no puedo evitar sentir empatía con ellos. Realmente, son los "buenos" de la película. Quieres que ganen. Quieres verles triunfar, que todo les salga bien, que no les ocurra nada. ¡¡Los quieres!! En otras películas, están los malos; los malos de verdad, dentro de toda su ortodoxia. Y los necesitas para que la historia de la película tenga su sentido. Eso sí, al final, quieres que el bueno los gane y que les de su merecido o que la sociedad o el destino les de la consabida lección. En El Padrino eso no ocurre: ellos son los malos. Muy malos, de hecho. Pero gracias a un prodigioso guión, una sobervia dirección, unas actuaciones memorables que no rayan la perfección, son perfectas, una música inigualable y una fotografía imitada y copiada hasta el aburrimiento, hacen que esos malos sean los "buenos". Y más sabiendo que los buenos ortodoxos son unas personas despreciales y viles. Por ejemplo, el Capitán McCluskey en la primera parte, policía que en teoría se tiene que dedicar a quitar de las calles a lo peor de la sociedad pero que en realidad colabora con lo peorcito de ella; el senador Pat Geary en la segunda parte, político corrupto (vamos, como los de ahora) que sólo busca el beneficio propio y no duda en asociarse con la peor calaña para ese cometido. O la mismísima Iglesia Católica, encarnada en la figura del Arzobispo Gilday en la tercera parte, avaricioso, inmoral, tramposo, chantajista. Por todos y cada uno de estos elementos, no puedo evitar tener esa empatía por esta familia de truhanes y malhechores. Y es que en el fondo, sólo quieren lo mejor para los suyos. Como casi todo el mundo, ¿o no?
Después de esta explicación, no se puede decir gran cosa de esta película. Mi crítica, si se puede decir crítica a esta declaración incondicional de amor, es clara. De Marlon Brando, a pesar de su magnífica carrera anterior y poquitas cosas dignas posteriores, seguramente este sea el personaje de su vida. Todo su saber hacer y experiencia lo condensó en Don Vito Corleone para hacer de su interpretación una experiencia casi milagrosa. El genial histriónico Al Pacino pocas veces ha podido tener la oportunidad de una bicoca interpretativa de este calibre. Su escena juntos en el patio, rodada con un sencillísimo y aficaz plano contraplano, pero con un guión y una interpretación superlativa, es de una perfección casi insultante. Del resto de actores, Caan, Duvall, Keaton, Cazale poco puedo aportar. Si los dioses griegos existiesen, a buen seguro se hubieran reencarnado en ellos y Zeus, sería Coppola, poniéndoles en orden con una maestría absoluta que muy pocas veces ha podido volver a demostrar. Pero ni falta que hace. Con una como esta basta y sobra.
Por eso El Padrino merece estar entre las cinco mejores películas de la Historia.
JULIUS HENRY
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