La variabilidad emocional, la fragilidad mental y el carácter compulsivo y obsesivo de una mujer que no sabe muy bien qué hacer con su vida, da pie a una historia una tanto confusa y poco cohesionada que tiene, como única virtud, el juego entre el pasado y el futuro, con algún imprevisto giro argumental por sorpresa. La actriz protagonista encarna impecablemente a un cierto tipo de personas que, sintiéndose infelices y desgraciadas, traen la infelicidad a las demás. Al relato le falta gancho y movimiento pero la ambientación y la fotografía son muy atractivos.