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Voto de John Giraldo:
5
5.0
8,306
Animación. Comedia. Infantil Gargamel descubre la aldea mágica de los Pitufos y provoca con sus malas artes que la abandonen y se dispersen por el bosque. Por desgracia, Tontín se equivoca de camino y, junto con otros pitufos, entrará en una ruta prohibida. La luna azul y un portal mágico los transportarán a Central Park, en Nueva York. Sin embargo, Gargamel sigue persiguiéndolos, por lo que los Pitufos buscarán refugio en casa de un matrimonio... (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
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Pitufear es una palabra cuyos usos aumentarán. Aquellos diminutos seres encantados, con el color azul que los determina han llegado a la pantalla grande, tras un dejo de dos décadas de haber desaparecido de la televisión. Los adultos recuperarán la infantil pero maravillosa idea de una colonia de enanos personajes, habitantes de una aldea en la espesura del bosque. Cien pitufos, cada uno con sus características singulares, podría uno decir con sus inteligencias desarrolladas, ocupando un puesto en la armoniosa familia de los pitufos, liderados por el papá pitufo y secundados por la hermosa pitufina.

Si los adultos recuerdan la historia, tendrán preguntas para hacerse. Pero no hay de dónde agarrar para desentrañar el hecho de porqué son 100 los pitufos, del mismo modo no se podrán ubicar las razones del porqué los pitufos son desmadrados, ni tampoco cómo hacen para reproducirse y contar con más de 500 años habitando un lugar encantado. Así como el particular hecho de vivir 99 hombres con una sola mujer. Pero todas esas preguntas, anodinas quizás pasan a un segundo plano, serán puras pituferas. Lo mejor es ver cómo un remake salido de la Televisión protagoniza el tararear de la canción "La, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la", al tiempo encontrar que aunque irritante evoca una infancia llena de reverdecimientos.

Los pitufos volvieron, pero con un lastre, tuvieron –como si no existiese ningún otro lugar en el planeta ni en la imaginación- que perderse en la ciudad de Nueva York, y eso le resta la gracia a una historia descontaminada, en las anteriores adaptaciones, de visiones miopes y reduccionistas que endulzó a toda una generación. Que los gringos se adueñen de la historia no es problema, ya Hanna Barbera produjo una versión desde sus estudios en la década de los 80 y 90, siendo una de las más vistas, seguida de los Picapiedras, Scooby Doo y Los Simpsons. Lo que molesta es ese guiño de ciudad capital del mundo a tal punto que ya no se llamará La Pitufoaldea el sitio de los gnomos azules, sino Pitufolandia. De modo que no hubiera habido ninguna pitufeada si estos seres benignos no acaecieran en suelo gringo, el guionista pudo haber ideado una ciudad ficticia para evitar las molestias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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