Hævnen es una gran película, dos niños son el punto central de la trama, a partir de ellos todo se desarrolla. Ambos tienen problemas con sus respectivas familias, Christian le guarda un gran resentimiento a su padre después de la muerte de su madre. Elias tiene un padre distante (por su trabajo) que se está divorciando de su madre y para colmó sufre de bullying en su lugar de estudio.

Christian en su duelo se vuelve un chico rebelde, que busca la venganza y darse a respetar a punta de violencia y nada más. La verdad es que William Jøhnk se luce como el niño malo, con una mirada hasta punzante y agresiva.

Por otro lado tenemos a Anton, el padre de Elias, un doctor lleno de bondad (otra gran labor histriónica en este caso de Mikael Persbrandt), un hombre que tiene claro que la violencia de cualquier tipo no llega a ningún lado y les demuestra eso a sus hijos a pesar de los riesgos que pueda sufrir.

Además de eso en su lugar de trabajo, un consultorio médico en alguna parte de una áfrica conflictiva, observa las atrocidades que sufren los lugareños ante el acoso del “Hombre grande” y sus hombres armados hasta los dientes. Un punto que pareciera lejano de la trama real, pero que sigue esa línea humanista que todo el film.

Hævnen es una película llena de esperanza, de buenas intenciones, donde la venganza no tiene cabida porque no llega a ningún lado, más el perdón sí porque a partir de ahí todo irá mejor. Hævnen es un film sólido e importante que no debe pasarse por alto, Hævnen es una película muy bien dirigida de la mano de la muy experimentada Susanne Bier.