Acercarse a el visionario mas importante de los últimos 25 años es un material muy jugoso. No es extraño que que alguien tan ingenioso y audaz como el guionista Aaron Sorokin, no haya vencido la tentación de dar su visión del mismo, tal y como hizo del creador de Facebook en la excelente "La Red Social". Mas o menos se conocen las pautas de las películas biográficas de la meca del cine: un análisis de la trayectoria del personaje famoso, a medio camino entre su ensalzamiento y el reflejo de los aspectos mas oscuros de su personalidad. Hay ejemplos de narración lineal y saltos en el tiempo, según sea el caso.
En esta ocasión la apuesta narrativa es arriesgada: toda la película gira en torno a los previos de la presentación de los productos con los que Jobs cambió el sentido de la industria de la acta tecnología. Las densas conversaciones con sus colaboradores y amigos/enemigos nos tratan de situar ante la dura realidad de un hombre lastrado por su genialidad y su difícil carácter. Esas conversaciones nos tratan de desnudar al líder informático y al ser de carne de hueso al mismo tiempo. Se nos plantea un dilema de cara a que el espectador saque sus conclusiones: ¿era Jobs un genio o por el contrario se limitó a sacar partido del trabajo de aquellos que, en la sombra, trabajaban por mejorara los productos con los que Apple cambió la forma de vivir y trabajar?. Un debate que siempre está presente en no pocas actividades humanas. ¿Los líderes son auténticos creadores o son los trabajadores en la sombre los que realmente transforman la realidad?.
El problema es que el realizador Danny Boyle no es capaz de "airear" la acción y somete al espectador a un parloteo incesante durante dos horas, que provoca mas la pereza de la mente, que la inquietud que al parecer pretende. Los sesudos diálogos se terminan haciendo eternos, no ayudan a avanzar la acción ya que gran parte de la terminología que usan resulta distante y poco accesible, y la cinta carece de la mínima tensión dramática exigible. Fassbender esta como siempre, esto es espléndido, y a la pobre Kate Winslet le crean un papel tan poco agraciado que termina por molestar mas de la cuenta.
Una película en suma, muy desaprovechada y que demuestra que el inventor del Ipod, sigue sin tener suerte en la pantalla.