Rodrigo Cortés nos presenta una película bien trabajada documentalmente, algo ya habitual en las obras de este joven director y guionista, que trata el eterno debate entre el positivismo científico, el transcendentalismo, el empirismo, el racionalismo, el fideísmo y la lucha de la parapsicología por ser tenida en cuenta como ciencia.

Cuando trata de cara en el filme estos temas, es cuando la producción alcanza su máximo esplendor, aunque se echa en falta un poco más de chicha en el enfrentamiento por parte de los personajes. Es decir, más reflexión filosófica.

Pero en general, es justo mencionar que la película sí cumple con las funciones principales exigidas a todo thriller que se precie: mantiene en tensión, posee una estructura argumental bastante sólida, y el desenlace establece un sorpresivo giro que convence (salvo por una laguna importante que comentaré en el spoiler, y ésta provoca que baje la nota del filme).

En definitiva, Cortés completa una pasable película de suspense, que se nota que está bien trabajada, pero que sin embargo no termina de llenar de todo al espectador, en especial a aquellos que consideramos que el tema tratado daba para mucho más. Un 5,50.