Al momento de realizar esta crítica, tengo un sueño del carajo y una resaca de pelotas. Bueno, esto último no es cierto, pero es buena forma escudarse en algo ante la gran patraña sin sentido que a continuación van ustedes a leer si no se les apaga el ordenador en un súbito apagón eléctrico o se meten a ver pornografía en ingentes cantidades.

Bien, la película trata de un borracho escritor que se va a ver a un coleguita suyo que está en Viena (viene desde América, con lo que mi conclusión es que su única motivación para ir tan lejos es sodomizarlo con fruición).

Posteriormente, le informan de que su coleguita ha palmado y se dedica a investigarlo. En el camino se cruza con personajes de lo más bizarro (un violinista homosexual, un médico neonazi a mi juicio, un rumano con cierto parecido a Jesús Gil) y con una tipa que, no nos engañemos, no está muy buena (pero como el tio va siempre borracho, pues le produce cierto tipo de excitación, si bien esto ya es de mi cosecha, no se pierda el despistado y poco elocuente lector).

Bueno, la película es entretenida y graciosa, sin más. No es una obra maestra, ni mucho menos, como algunos dicen.