Se podría decir que "El viento" es un magnífico recital de Luppi excelentemente secundado por Antonella Costa, pero nos quedaríamos cortos, porque hay además en esta cinta una historia maravillosamente desarrollada, con ese cuidado en el que además de destacar la capacidad de un realizador se pone en evidencia el alto grado de compromiso con lo que se cuenta, con lo que se siente ante estos personajes, que sin ser de ningún modo ejemplares, se nos hacen cercanos y hasta queribles.
Coincido con los comentarios anteriores de la prensa y de los espectadores: una película humana, sincera, sabia, honesta, bien hecha.
Siga usted así señor Mignogna.