No hay nada como esta clase de documentales sobre estrellas de la música para introducirte de lleno en lo que es la persona y no el artista, qué hay detrás de ellos y quienes son realmente para desmitificarlos y ver su lado más crudo, yo soy otra persona desde que lo he visto, la veo diferente a Amy y me alegro mucho de haber dado este paso, confieso que la juzgué mal y me arrepiento de ello.
En este documental la sencillez es lo que da sentido a la historia, no hay paja ni añadidos sin importancia, todo está en su justa medida, el tiempo no es excesivo es el que tiene que ser y todo ello se muestra claro y directo, muy bien estructurado de principio a fin, además se va viendo muy óptimamente la evolución de la cantante desde jovencita en sus primeros conciertos y grabaciones hasta el final y la evolución personal no sólo como artista, que de hecho es sumamente duro ver ese cambio, muy desolador y al igual que lo sufriría ella, tú también lo sufres ¡es inevitable!
Todas las mujeres tenemos algo de Amy, su lucha para sobrevivir, por ser amada y querida como ella lo necesitaba, ese hombro para llorar en momentos crudos, esa dependencia al hombre que amaba tan desmesurada, esas ganas de huir de todo y todos, ese sufrimiento innato y ese desconcierto vital y luego claro, cuando te pasa todo lo contrario y eres el centro de atención sin esperarlo, no sabes como asimilar todo eso que te está pasando sin venirte abajo y sentir que no te lo mereces y una y otra vez te acechan esas carencias afectivas...Este documental refleja todo eso de una manera soberbia, increíble y muy bien narrada.
Lo recomiendo a todo y todas que sean o no fans, les va a gustar, estoy segura, ya sea por su encantadora voz tan brutal, como por oír su música y disfrutar de ella, su presencia y su carisma y por un buen documental tan bien hecho, ya que se ve un gran talento en esta dirección.