No es, de hecho, la mejor de Anthony Mann, pero Tierras Lejanas va de como el héroe manniano se encuentra con la cooperación social y llegan, en efecto, al destino del título, las montañas nevadas que anuncia el título. Muy poco interesantes resulta el triángulo amoroso, dos mujeres enfrentadas por el habitual de Mann, James Stewart, y francamente, hacen de la historia algo absurdo; pero si somos generosos con los tópicos de Hollywood de toda ralea, la película tiene algo nuevo: va de un hombre descubriendo los poderes de fundación de una comunidad que resiste frente a un especulador y lo hace con una convicción novedosa.