Lucas volvió a dirigir con no demasiado gusto por la integración digital, pero con mucho entusiasmo: la película es una "precuela" y cambió el modo en que Hollywood se imaginaba a sí misma. Básicamente, hizo masivo y popular que todas las historias imaginaran una "primera vez" a partir de películas ya conocidas: tomó El Padrino 2 por lo intuitivo y no por lo general o genial, por decirlo humorísticamente.

Star Wars: Episodio 1 es, en fin, una "precuela" que transcurre cuando el joven Anakin Skywalker está atrapado en su planeta y dos jedis escoltan a una reina a un planeta. Todo es, a poco que uno lo piense, una versión del episodio IV, la única película que Lucas y ahora Disney conocen, y todo pasa según lo previsto, incluso hay otra batalla de naves.

Pero Darth Maul y el acompañamiento de John Williams, el tono primario y feliz de Liam Neeson como figura paterna y Ewan McGregor haciendo de impulsivo y joven sosias del personaje de Alec Guiness dan mucha diversión. Y los escenarios son los más imaginativos de toda la saga.