La complicada situación turca y sus vaivenes entre lo occidental y lo tradicional le queda grande a la película que tira siempre por el camino más fácil, con cinco chicas de anuncio que de la noche a la mañana se ven encerradas por su familia, los mismos que hasta entonces les compraban vaqueros, zapatillas, ordenadores y móviles. Por qué? No se sabe. A partir de ahí las chicas dan mucha pena, los musulmanes son muy malos, los occidentales somos muy felices porque somos libres y la película consigue muchos votos de gente que la considera feminista y reivindicativa. Pues bien, como película me parece bastante mediocre, los personajes son todos planos, el ambiente opresor que nos cuenta el guión no se refleja en la actitud de ellas, poco creible. Y la situación de las mujeres en Turquía se merecería mucho más.