El miércoles pasado y aprovechando el puente, se estrenó Iron Man en los cines de nuestro país en particular y de todo el mundo en general. Yo tenía bastantes ganas de verla, porque según había leído estaba alejada de adaptaciones como Daredevil, El Motorista Fantasma, Punisher o Los 4 Fantásticos, y tengo que decir que llevaban razón.

Ayer domingo fui a verla con varios amigos y me lo pasé bastante bien, entre otras cosas, porque esta película está mas cerca de Hulk (de Ang Lee) que de Spiderman (de Sam Raimi), con lo que ello conlleva. La película tiene humor, pero está realizada con una perspectiva adulta, es sobria, está bien rodada y narrada. Eso no quiere decir que no haya momentos de acción, que los hay, pero sobretodo priman los momentos dramáticos y cómicos, en los que un fantástico Robert Downey Jr. se sale con una interpretación realmente sorprendente. Su carisma es ante todo lo que sostiene la película, puesto que aunque Terrence Howard o Gwyneth Paltrow no lo hacen mal, desde luego no brillan nada. Jeff Bridges por su parte, se extralimita a hacer de némesis del protagonista, lo que le otorga poco margen para sorprendernos.

La historia nos cuenta el nacimiento de un nuevo superhéroe, como en otras tantas películas, pero en esta no se hace algo tedioso, al contrario, son estos momentos los mejores de la cinta, puesto que el final aunque espectacular esta falto de más emoción y sobretodo metraje.

Sorprendente como un actor de 43 años como Robert Downey Jr. ha protagonizado una de las mejores adaptaciones que he visto de un comic a la gran pantalla. Junto a la primera Superman de Donner, los Batman de Burton y Nolan y los X-Men de Bryan Singer, está película de Jon Favreau brilla con luz propia.