Es curioso, y no muy buena señal. que a pesar del metraje de esta película se haga tan larga. Eso quiere decir que aburre, y cuando eso pasa en una película que debe provocar inquietud, mal vamos. Sin duda lo más terrorífico es uno de los carteles promocionales del film.
Así, las escasas muestras de desasosiego vienen más dadas por una banda sonora que parece prepararnos para algo peor, que nunca llega.
Tras una desordenada presentación de personajes, parece que lo que se nos plantea es una intriga médica sobre el encubrimiento de una grave negligencia, para después mezclar esta línea argumental con una extraña infección que va afectando a todos los implicados de forma sobrenatural (una plúmbea metáfora sobre la exteriorizacion de la podredumbre humana).
Al final, no queda muy claro cómo convergen ambas líneas, ni siquiera qué ha pasado en verdad o no.
En resumen, una cinta aburrida, con personajes lánguidos que parecen estar contínuamente en estado de trance, escenarios que rozan la irrealidad y secuencias excesivamente pausadas.