Visión más o menos realista sobre la guerra de Vietnam, basando la acción en las andanzas de un pelotón ("platoon") repleto de novatos y jovenzuelos aún por madurar.
Oliver Stone se esfuerza por reflejar toda la crudeza y horror de una guerra ya contaminada, ensuciada, corrupta y absolutamente caída en desgracia para la opinión pública estadounidense. Esto no sólo se percibe en el fragor de las batallas y tiroteos, sino también en las masacres, abusos, violaciones, socabamiento de derechos, exterminios, etc. Todo por lo que para los americanos aquella guerra está maldita, además de perdida.
Más aún cuando, como se dice en el film, "el enemigo está dentro", con luchas internas entre los mandos a consecuencia de las salvajadas que se debían permitir o no. Unos enfretamientos irreconciliables al son del maravilloso "Adagio" de Barber, que no podían acabar de otro modo que salpicados de tragedia y traición, espoleado por un ambiente malsano y nocivo donde "todo vale".
Demasiado esfuerzo en recrear esa crudeza que podría haberse reconducido en ocasiones en tamizar mejor la evolución psicológica del nutrido reparto de caras conocidas.