Un film afortunadamente redondo, que alcanzó la cima de la época con el Oscar a la mejor película extranjera. Es, en un 80%, un thriller criminal sobre la persecución y pesquisas que rodean un brutal crimen perpetrado contra una joven. Lo que hace a la película diferente es la riqueza del entorno donde se desarrolla la historia, ya que todos los personajes tiene fuerza propia y aportan algo a la cinta. Igualmente, la ambientación en la Argentina de los años 70, plagada de corrupción, la hace también rica en matices.
Tal vez donde más cojea el film sea en el desarrollo de la trama romántica que parece no encajar del todo, especialmente con la pomposa escena del andén de la estación.
Su máximo exponente para mantener el interés son unas interpretaciones magníficas (Darín, especialmente inconmensurable) y un guión muy bien narrado, que levanta el vuelo hacia el final cuando todo parece estar acabado, y nos deja con un desenlace sorprendente y moralmente desgarrador.
Para no olvidar: la maravillosa escena plano-secuencia durante partido de fútbol. Todo un alarde de técnica cinematográfica.