En su momento necesité mil y un revisionados para venerar "Drive" (2011), y aún así mi relación con esa película siempre será de amor/odio. Con "The neon demon" me ha sucedido todo lo opuesto, la he amado ya desde el primero. Si ese fortuito e inesperado cambio de tendencia no es lo más significativo y reseñable de este último largometraje del esteta por excelencia del siglo XXI, no se qué otra cosa lo puede ser.
Para ser completamente honesto es en su magnífico e inesperado —al menos para mi— último acto donde "The neon demon" confirma que no tenía para nada intención de ser una broma al estilo "Solo Dios perdona" (2013). Es en ese rotundo tercio final donde la cinta de Nicolas Winding Refn crece a todos los niveles y te devora definitivamente. El órdago del danés es muy arriesgado, pero la jugada le sale bien.
Y no voy a enrollarme más porque "The neon demon" es de esas historias en las que es fácil caer en el spoiler, y creo que cuanto más virgen se llegue a ellas, mejor. Para finalizar sólo señalar la estupenda doble sesión que forma el film que ahora nos ocupa con "La abuela" (2021) de Paco Plaza.