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Voto de Tylercito:
6
23 de junio de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi este cortometraje de animación en la I Muestra de Cine Fantástico y de Terror de Zaragoza. Los organizadores habían colocado una pantalla en el parque de al lado y el ambiente estaba repleto de papás con niños y familias; por detrás ardía una hoguera encendida por San Juan.
Al principio empezó la cosa y no sabía muy bien qué cojones pintaba aquello en una Muestra de este tipo... pero de repente los personajes empezaron a gritar "Motherfuckers!" y no di crédito a la traducción: "¡Rufianes!". Nadie pareció darse cuenta pero aquello prometía.
Tras un vómito muy "Team America: World Police", y el signo del Anticristo en una cabaña, llegaron las decapitaciones, cagadas en primer plano, escenas de antropofagia y cuchilladas varias: ¡no me lo podía creer! Era como si Wallace y Gromit tuviesen una pesadilla gore.
Las caras de los niños eran curiosas, pero las de los padres resultaban un verdadero poema. No hubo ni un aplauso y el aforo disminuyó considerablemente tras la proyección, de un modo progresivo y silencioso. Oí a un niño murmurar confundido: "¿Pero mamá, han matado a ese cerdo?"
En definitiva, una extraña y divertida experiencia. Y un aplauso a este tipo de propuestas, antítesis radicales del "espíritu Ice Age". A Tex Avery le hubiera gustado.
Al principio empezó la cosa y no sabía muy bien qué cojones pintaba aquello en una Muestra de este tipo... pero de repente los personajes empezaron a gritar "Motherfuckers!" y no di crédito a la traducción: "¡Rufianes!". Nadie pareció darse cuenta pero aquello prometía.
Tras un vómito muy "Team America: World Police", y el signo del Anticristo en una cabaña, llegaron las decapitaciones, cagadas en primer plano, escenas de antropofagia y cuchilladas varias: ¡no me lo podía creer! Era como si Wallace y Gromit tuviesen una pesadilla gore.
Las caras de los niños eran curiosas, pero las de los padres resultaban un verdadero poema. No hubo ni un aplauso y el aforo disminuyó considerablemente tras la proyección, de un modo progresivo y silencioso. Oí a un niño murmurar confundido: "¿Pero mamá, han matado a ese cerdo?"
En definitiva, una extraña y divertida experiencia. Y un aplauso a este tipo de propuestas, antítesis radicales del "espíritu Ice Age". A Tex Avery le hubiera gustado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El niño confundido aún se quedó un rato y tuvo tiempo de ver el siguiente corto, Vicenta, donde un muñeco de plastilina con la voz de Santiago Segura se trajinaba a cuatro patas (y sin escatimar detalle: se observaba claramente cómo el pistón hidráulico del susodicho entraba y salía del túnel) a una morenaza de enormes pezones de plastilina.
Ese chaval aún recordará dentro de unos años aquella tarde. Fijo.
Ese chaval aún recordará dentro de unos años aquella tarde. Fijo.