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Voto de Daverunner:
9
Drama Habiendo sobrevivido más que sus contemporáneos, el anciano "Lucky" se encuentra en el tramo final de su vida, donde se verá impulsado a un viaje de autodescubrimiento. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucky es una maravilla. Con una sencillez asombrosa, sin alardes, emociona al espectador desde los primeros fotogramas. Es un homenaje en vida a un gran actor que tiene la oportunidad de despedirse de su profesión por la puerta grande, pues él es Lucky. Cogiendo aspectos de su propia vida, Dean Stanton al igual que su personaje sirvió como cocinero en la armada a bordo de un Landing Ship Tank (LST) en la batalla de Okinawa durante la II Guerra Mundial. Era un fumador empedernido, algo que no le impidió llegar a una edad tan avanzada como los 91 años. No pudo ver el que quizá sea su papel más redondo frente a una cámara, ya que justo después de protagonizar la película, el bueno de Harry falleció.

La estructura del filme es sencilla y sólida. El día a día de un hombre que con 90 años sigue una rutina muy marcada día a día. Una rutina que incluye unos ejercicios de yoga matutinos, un café en casa y otro en la cafetería, ambos cargados de mucha leche y mucho azúcar (como el señor Lobo en Pulp Fiction), la elaboración de crucigramas, ver un quiz show en la televisión y por último la tertulia diaria nocturna en el pub con viejos amigos.

Unos amigos que acompañan a Lucky y entre los que encontramos a Howard -David Lynch-, un hombre que tiene como única compañía a una tortuga que ronda los cien años; Paulie -James Darren- un vago que vive del trabajo de su amante Elaine -Beth Grant- la dueña del pub.

Esta rica galería de personajes esta dirigida perfectamente por un actor que debuta tras las cámaras: John Carroll Lynch. Famoso por papeles secundarios en Zodiac, Fargo o Gran Torino, el orondo intérprete nos brinda con su ópera prima la que quizá sea la mejor película junto a Tres anuncios en las afueras en lo que llevamos de 2018.

Lucky tiene momentos de gran cine, en los que Carroll Lynch sabe captar la esencia del personaje principal colocando la cámara en el lugar preciso y dejando que todo fluya. Hay escenas muy poderosas que elevan la categoría del filme. Me quedo con dos especialmente. La primera de ellas, la que comparte Lucky con otro veterano de la IIGM, papel interpretado por Tom Skerrit en el que ambos recuerdan los días que pasaron el pacífico y que marcaron toda su vida.

El segundo de ellos en el que el protagonista, hablando por teléfono, desvela el momento más triste de su vida, relacionado con un ruiseñor. Ambas escenas, cargadas de emotividad y sensibilidad, ponen los pelos de punta al espectador.

Una joya, una gran película, una obra maestra. Es lo que se me viene a la cabeza cuando pienso en la película de Carroll Lynch, en la historia del solitario Lucky. Una despedida perfecta para un secundario de lujo, uno de esos 'robaplanos' que podían ensombrecer a cualquier estrella con la que compartiese cartel.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es y en la página de facebook: argoderse
Daverunner
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