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Voto de Ford Farleine:
7
Drama Un matrimonio trata de superar la muerte de su hijo de cuatro años en un accidente automovilístico. Adaptación de la novela homónima ganadora del Premio Pulitzer en la categoría de drama. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuántas veces he oído que Internet se va a cargar el cine, que la piratería es lo peor que hay en el mundo (por encima incluso de las minas antipersona) y toda la fanfarria con la que nos bombardean desde los centros de poder del establishment de la industria cinematográfica para que nos concienciemos de que esto de internet es lo más dañino que puede haber para el cine y que es la red es responsable de que la gente ya no vaya al cine, porque el precio abusivo de las entradas, que haya siete estrenos semanales o la falta de ideas no tiene nada que ver.
¿A qué viene esta diatriba? Pues por dos motivos: uno para quedarme a gusto y el otro porque sin Internet nunca podría haber visto una muy buena película como esta porque en España nunca llegó a estrenarse. Sí, la descargué de internet y me alegro porque si no me hubiera perdido una muy buena película que habla del sufrimiento, del dolor, de la agonía, de la falta de ganas de vivir, de la desesperación por asirte a algo en la vida que devuelva el sentido a la existencia… Narra la historia de una pareja que intenta sobreponerse a la muerte de su hijo pequeño. De los pequeños pasos que se dan para conseguir alcanzar lo más parecido a la normalización, de las múltiples recaídas, de la búsqueda de asideros que hagan la vida algo menos doloroso, de la culpa, de la destrucción del amor debido a un suceso trágico que se rompe como un jarrón y que por mucho que intentes arreglarlo y pegarlo nunca quedará como al principio. Una película sensible, no sensiblera, que no se regocija en el dolor y en el sufrimiento si no que lo refleja tal y como es y que, finalmente, deja un resquicio a la esperanza, a la posibilidad de poder seguir con tu vida aunque hayas tenido la desgracia de sufrir el suceso más trágico que se pueda imaginar, porque, como decía el rey Theoden “ningún hombre debería enterrar a sus hijos” (entiéndase hombre como ser humano, no seamos obtusos).
Un gran trabajo del director y, sobre todo, de la pareja protagonista con una Nicole Kidman que recuerda a la de sus mejores momentos (a pesar del bótox) y un Aaron Ackhart que no tiene la fama que se merece porque se trata de un actor que nunca desentona y siempre realiza bien o muy bien su trabajo.
Ford Farleine
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