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Voto de Ford Farleine:
5
Comedia. Romance Con motivo de la boda de su hijo adoptivo Alejandro (Ben Barnes), Ellie Griffin (Diane Keaton) vuelve a su casa diez años después de que su marido Don (Robert De Niro) la engañara con Bebe, su mejor amiga (Sarandon), y se fuera a vivir con ella. Pero, cuando Alejandro les anuncia que su madre biológica (Patricia Rae) asistirá a la boda y que, debido a sus estrictas creencias religiosas, no debe saber que Ellie y Don están divorciados, ... [+]
13 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras los alarmantes derroteros que ha tomado la carrera de actores antaño dignos de admiración como Robert De Niro, Diane Keaton o Susan Sarandon, uno ya se conforma con que la película en la que alguno de ellos aparezca no sea un truño horroroso. Y si ya aparecen juntos, uno puede esperarse lo peor. Por eso cuando he podido ver la película sin sentir demasiada vergüenza ajena por algunos de los actores más emblemáticos de la historia he sentido mucho alivio.
Vamos a ver, la película no es buena. Ni siquiera un poco, pero se deja ver. Sobre todo en la primera parte. Es cierto que la trama ya roza el esperpento en su afán de querer buscar la originalidad en un argumento que quiere acercarse a las comedias de enredo. Lo que ocurre es que aquí el enredo es ya demasiado arbitrario, la razón que lleva a ese lío es de lo más simplona y no tiene el gancho suficiente. Lo que también es verdad es que en la primera parte de la película, hay chistes que resultan, contra todo pronóstico (sobre todo los que protagoniza Robin Williams). En la segunda parte del film, el director prefiere dirigirse por derroteros más afines al melodrama. Las típicas rencillas familiares, sus problemas (algunos patéticos), pasan al primer plano, dejando la comicidad casi completamente de lado.
En el reparto aparecen actores antaño legendarios que por desgracia parecen empeñados en destruir su propia leyenda: Robert De Niro hace ya tiempo que parece que ha perdido todo interés por su carrera, haciendo todo lo que cae en sus manos (parece que está picado con Al Pacino en ese particular. En eso y en ver quién de los dos se deja los pelos más largos y descuidados); Diane Keaton siempre hace el mismo papel, dándole igual lo demás: siempre las mismas expresiones, los mismos tics y demás; Susan Sarandon hace tiempo que no brilla como antiguamente, y Robin Williams parece que hace tiempo que dejó la Primera División. Pero hay que reconocer que tienen talento y cada vez que salen en la pantalla parece que va a ocurrir algo de interés (lo que al final no ocurre, la mayoría de las veces). Es de agradecer que estén menos sobreactuados como de costumbres y con menos de sus habituales tics que ya les hacen casi insoportables (sobre todo a De Niro y Keaton). Les acompañan actores jóvenes que parecían que iban a comerse el mundo pero que se conoce que deben de haberse atragantado: el ñoño Topher Grace, la edulcorada Katherine Heigl, el soseras Ben Barnes y la talentosa Amanda Seyfried.
Ford Farleine
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