Terry Gilliam es un director irregular, eso está claro. Lo mismo hace una película inmensamente sensible que te hace una cosa quue no hay por donde pillarla. En esta ocasión nos encontramos ante una de sus mejores películas. tomando como base argumental la experimental "La Jetée", Gilliam da rienda suelta a su imaginación para contarnos la historia de un mundo post apocalíptico en el que casi toda la humanidad ha desaparecido por culpa den atentado bacteorológico perpetrado por un grupo que se hace llamar los "12 monos". Un grupo de científicos construirá una máquina del tiempo para mandar a un voluntario al pasado para investigar.
El argumento es atrayente, la dirección, aunque con su estilo visual un poco barroco, muy acertada y la terna protagonista estaba en horas altas: Bruce Willis estaba en plena forma, Madeleine Stowe hace tiempo que no se ha visto en otra igual y Brad Pitt empezaba a darse cuenta de que podí ser más que una cara bonita, aunque se pasa un poco con los tics. Para rematar Chrsitopher Plummer y David Morse en una historia de ciencia ficción que mezcla cordura y locura; presente y futuro y que plantea si el avance de la ciencia a la larga no nos podrá destruir.