Durante muchos años viví idolatrando una escena, la más conocida de esta película, sin saber en qué contexto concreto se desarrollaba. Claro, era obvio que el tipo estaba contento y muy enamorado, pero me ha parecido especialmente interesante conocer la historia dentro de la cual se da esta escena emblemática del cine clásico. Porque sí, considero que hay una historia detrás de ese baile y que está contada con gracia y sencillez. Definitivamente es un MUSICAL y, como tal, privilegia los aspectos musicales por sobre los demás elementos que se le reclaman al cine (buen guión, naturalidad actoral, trascendencia narrativa, etc.).
Sabiendo que se trata de un musical, me preparé para el visionado consciente de que lo que primaría sería, justamente, la música, la cual encontré exquisitamente "aderezada" con fastuosas puestas en escena y notables interpretaciones de los protagonistas. A destacar el trabajo de la producción y la fotografía, de una calidad realmente sobresaliente para la época. Según mi punto de vista, la criticada sobreactuación de los protagonistas es más bien consciente y propia del toque de comicidad que impera a lo largo del metraje.