El habitual director de fotografía de las películas dirigidas por Guillaume Canet (aquí se presta como actor), debuta en la dirección con esta película marítima en la que acompañamos al personaje interpretado por François Cluzet.

La cinta es correcta en todos sus términos y se disfruta de manera pasiva aunque no hay ningún momento en el que sintamos verdadera tensión o peligro. El resto de personajes además están francamente bastante desdibujados, des del inesperado acompañante hasta la breve aparición de José Coronado, solo el carisma de François Cluzet salva el apartado interpretativo creando un personaje con el que es fácil simpatizar e identificarse des del primer momento, como casi cualquier papel que interpreta este actor.

Un debut sin riesgos sustentado en un gran protagonista y poco más, además de valorizar la figura de las personas que se dedican al mundo de la vela queriendo representarlo desde dentro; el resto es claramente funcional y no permite destacar nada sobre el resto. Una cinta correcta y que llena el año cinematográfico sin destacar sobre otras propuestas.