Hay escenas y partes de la historia que se quedan en la retina del espectador, algunas sobrecogedoras como las violaciones a las chicas. Otras de astucia, como la estrategia que realiza un soldado chino en solitario a un batallón japonés. O algunas que desprenden todo tipo de sentimientos como las escenas entre John (C. Bale) y Mo (una prostituta china) o algunas de las escenas finales entre las chicas jóvenes y las prostitutas cuando éstas se hacen pasar por las otras para que los japos hagan de todo con ellas.

Cruel, bella, desgarradora, preciosa. Adjetivos positivos y negativos pero que califican con exactitud ésta gran obra maestra del Séptimo Arte Moderno.