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España España · León
Voto de bixo:
7
Drama La película se inspira en la obra "Cristo cargando la cruz" del pintor flamenco Pieter Brueghel "el Viejo". Se eligieron doce personajes del cuadro y sus historias se combinaron con los avatares de la creación de la tela. Majewski pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel. La película se exhibió en Sundance. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya hace años de aquel paseo cósmico y tridimensional por otro espacio y otro tiempo (que bien podrían ser Texas y el mes pasado) en el enésimo despliegue de medios sin parangón que fue ‘Avatar’. Tropecientos millones costó la broma y tropecientas veces se ganó lo invertido en salas de todo el mundo. La prensa asalariada no faltó a su cita y no dudó en calificar el evento de revolucionario: gracias al uso de nuevas tecnologías el cine se abría paso a una Nueva Era, ¡recibamos con regocijo y alboroto al cine del siglo XXI! Uno tiene una edad y se intuye el engaño pero, al igual que la curiosidad mató al gato, también yo pagué entrada para presenciar lo que se anunciaba, a saber, más de lo mismo… pero en 3D. Es más, creo que la tecnología en este tipo de casos no sólo no suma sino que resta, pues la puesta en escena de buena parte de las secuencias no tienen como fin objeto estético alguno, obsesionados como están los tunantes en resaltar el efecto especial de turno, lo que desemboca sin remedio (cuando menos a ojos de un mínimo espíritu crítico) al empobrecimiento de la obra en su conjunto.

Casos como éste me temo que se sucedieron mil y una veces en la escasa historia del séptimo arte (ese que merece ser escrito en minúsculas). La técnica debería ir supedita a la obra cinematográfica y no al revés, algo obvio para aquellos señores y aquellas señoras que se dedican a esto con un poco de seriedad. Lech Majewski, a quien no tenía el gusto de conocer, es al parecer uno de estos señores. El realizador polaco (también con pasaporte estadounidense) nos regala la oportunidad de introducirnos por un ratito en el cuadro de ‘La procesión al Calvario’, del pintor flamenco Pieter Brueghel ‘el Viejo’, y así conocer de primera mano algunas de las historias que allí bien pudieron acontecer. Majewski hace un magistral, innovador e inteligente uso de lo último en tecnología para insuflar vida a una docena de personas de las alrededor de quinientas que pululan por la tabla, regalándonos un espectáculo visual simplemente deslumbrante, por la majestuosidad y por el colorido de las imágenes que se suceden con pausa, una detrás de otra. Resumiendo, que uno se queda atontado en la butaca del cine.

Eso sí, también hay que decir que la película suma unos cuantos ‘peros’ importantes en lo referente al contenido (como esos españolitos que me sacan y que se prestan a lo cómico más allá de su marcado acento sudamericano). Que sean otros usuarios más cualificados quienes entren en detalles escabrosos, yo de momento, de ésta, me quedo sólo con lo bueno.
bixo
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