Apabullante comienzo de película con una primera media hora absolutamente genial en la que su trepidante ritmo y su originalidad golpean fuerte sobre la mesa mostrando sobriedad y personalidad, provocándonos esa placentera sensación de incertidumbre que nos maltrata el sentido común a la vez que nos hace entrar en simbiosis con la pantalla. Por culpa de ello nos hace pensar que toda la historia rayará al mismo nivel, lo que no hará otra cosa que provocarnos un chasco cuando la película comienza a desinflarse en uno de los mayores hundimientos de rodaje que recuerdo de los últimos años. Hubiera sido difícil mantener el nivel de su comienzo, y de haberlo hecho sin duda estaríamos hablando de una de las mejores pelis de su década, pero por desgracia no fue así y Luc Besson decidió entregarse al vicio comercial de la ciencia ficción tan amiga de lo estúpido.

Lo que parecía que iba a ser una especie de violento thriller a medio camino entre el terror y el gangsterismo más impúdico deviene en una tonta interpretación de los límites aún no conocidos ni explorados de la mente humana, dando paso a un sinfín de efectos especiales y juegos de colores en los que Scarlett Johansson es tomada como modelo para lucir como superheroína con ganas de dar mucha caña, a medio camino entre lo extraterrestre y el personaje marveliano. Tan arrebatadora e intimidante como sensual, Lucy dará su merecido a todo dios cuyas acciones o pintas sean interpretadas como dañinas o peligrosas. Y ahí andará Morgan Freeman explicándonos como si fuéramos tontos de capirote que todo lo que vemos en Lucy tiene una justificación racional y científicamente probada, mostrada como empírica tontada a golpe de diapositiva y de congreso.

La historia, si es tomada en su globalidad, no funciona bien porque se siente demasiado desviada de lo que nos prometíamos a nosotros mismos desde el comienzo, y estas traiciones joden, y mucho, al espectador. A mí por lo menos. Y lo que acabamos viendo no dista nada de muchísimas otras películas de acción que se sustentan básicamente en matar a gente mala por doquier, al más puro y puto estilo "Comando". Pues eso es esto, un "Comando" con el buen tipo y figura de una bella chica apretándole las tuercas a cientos de viriles machos (¡¡Viva el poder de la mujer en el siglo XXI!!).

Para todos aquellos jóvenes que visualicen esta cinta, sabed que las drogas no son recomendables, y que los efectos de las mismas no les darán a los que las consuman superpoderes como los de Lucy, sino más bien lo contrario. Así que huid de ellas y no queráis meteros saquitos de mierda por las narices, ni por las venas, ni por el culo ni la barriga. Esto es cine y nada más. ¡¡A ver si por culpa de tanta patochada se os va a despertar la curiosidad...!!