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Voto de Muchabasura:
10
7.5
60,466
Musical. Romance. Comedia. Drama
Mia (Emma Stone), una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras acude a castings, y Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz que se gana la vida tocando en sórdidos tugurios, se enamoran, pero su gran ambición por llegar a la cima en sus carreras artísticas amenaza con separarlos. (FILMAFFINITY)
16 de diciembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando de lado las últimas críticas de cierto humor grotesco y atrevido, voy a ser serio con este metraje.
No me gustan las películas de amor, como tampoco las novelas; suelen ser predecibles, aburridas y no aportan nada nuevo: es una emoción fácil de conseguir. Los musicales, pese a haber recibido una rigurosa educación teórico-musical y de piano, no los soporto por las mismas razones; con ciertas excepciones como pueden ser West Side Story o El Fantasma de la Ópera: lo único bueno que ha salido de Francia, además de la Revolución y la Guillotina, claramente.
La La Land no solamente nos presenta la realidad del género musical del Jazz: decadencia pura y dura. Nos otorga la posibilidad de encontrar dos almas frustradas que encuentran el amor como vía de escape de sus insoportables vidas. Pero, deben elegir entre su futuro artístico y su futuro juntos. Una dicotomía excepcional. Una decisión más común que la Lepra en tiempos de Cristo.
El tema, Mia and Sebastian´s Theme, es acojonante, es un resumen de toda la obra en poco menos de dos minutos. Es relajado, estridente y con un final rápido, inesperado y que te pone los pelos de punta. Hurtwitz puede estar orgulloso de la pieza musical que ha creado.
Siguiendo con la música, es claramente un estilo pop pero con ciertos matices de Jazz que nos llegan profundamente, plasmando en la música uno de los mensajes de la obra.
La trama, para mí lo más interesante, brilla completamente. Es un pianista melodramático obsesionado con un género casi muerto y una actriz mediocre, como las que abundan hoy en día, incapaz de ser elegida para un papel de verdad, la cual se machaca constantemente sirviendo cafés en Warner Bros.
Podemos decir de todo esto que no solamente es la búsqueda del amor, sino la búsqueda del éxito y las decisiones "o tú mismo y tu vía, o nosotros".
Es una película grandiosa: coreografías, música, personajes, trama, fotografía... todo es espectacular y de digan visualización.
Para los más rápidos, tenemos referencias constantes y no muy difíciles de lo que va a pasar solamente con la música y los temas, además de, con una técnica brillante, meternos en la mente de los personajes cuando suenan "x" canciones.
No me gustan las películas de amor, como tampoco las novelas; suelen ser predecibles, aburridas y no aportan nada nuevo: es una emoción fácil de conseguir. Los musicales, pese a haber recibido una rigurosa educación teórico-musical y de piano, no los soporto por las mismas razones; con ciertas excepciones como pueden ser West Side Story o El Fantasma de la Ópera: lo único bueno que ha salido de Francia, además de la Revolución y la Guillotina, claramente.
La La Land no solamente nos presenta la realidad del género musical del Jazz: decadencia pura y dura. Nos otorga la posibilidad de encontrar dos almas frustradas que encuentran el amor como vía de escape de sus insoportables vidas. Pero, deben elegir entre su futuro artístico y su futuro juntos. Una dicotomía excepcional. Una decisión más común que la Lepra en tiempos de Cristo.
El tema, Mia and Sebastian´s Theme, es acojonante, es un resumen de toda la obra en poco menos de dos minutos. Es relajado, estridente y con un final rápido, inesperado y que te pone los pelos de punta. Hurtwitz puede estar orgulloso de la pieza musical que ha creado.
Siguiendo con la música, es claramente un estilo pop pero con ciertos matices de Jazz que nos llegan profundamente, plasmando en la música uno de los mensajes de la obra.
La trama, para mí lo más interesante, brilla completamente. Es un pianista melodramático obsesionado con un género casi muerto y una actriz mediocre, como las que abundan hoy en día, incapaz de ser elegida para un papel de verdad, la cual se machaca constantemente sirviendo cafés en Warner Bros.
Podemos decir de todo esto que no solamente es la búsqueda del amor, sino la búsqueda del éxito y las decisiones "o tú mismo y tu vía, o nosotros".
Es una película grandiosa: coreografías, música, personajes, trama, fotografía... todo es espectacular y de digan visualización.
Para los más rápidos, tenemos referencias constantes y no muy difíciles de lo que va a pasar solamente con la música y los temas, además de, con una técnica brillante, meternos en la mente de los personajes cuando suenan "x" canciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El final: la chicha de verdad.
Nos encontramos ante una dicotomía, de nuevo. En los últimos 15 minutos de cinta podemos visualizar la realidad y lo onírico entrelazándose y abofeteando al más despistado de los espectadores. Por un lado tenemos el final real, lo que ocurre: ambos consiguen sus sueños, pero separados, tienen dinero y presunto amor, pero nunca se han superado. Y, mientras suena "Epilogue", tenemos el final onírico, en el que se nos muestra cómo hubiese sido su vida si hubiesen elegido la otra alternativa: felices recorriendo el mundo (un guiño a la obra de Mía), en París (repugnante, pero cada uno que haga lo que quiera, prefiero Valladolid) y estando el uno junto al otro.
Por lo que volvemos, como no, a los tópicos medievales: la fama y el amor. O la fama sin tu amor, o tu amor sin la fama. Tenemos ambas alternativas pero, lo más crudo, se elige la fama, como es lo común.
Hasta aquí esta crítica de esta maravillosa película. Un efusivo abrazo y cuídense.
Pd.: he tratado de ser lo más serio posible, pero en algunos momentos el chiste fácil me ha superado, discúlpenme.
Nos encontramos ante una dicotomía, de nuevo. En los últimos 15 minutos de cinta podemos visualizar la realidad y lo onírico entrelazándose y abofeteando al más despistado de los espectadores. Por un lado tenemos el final real, lo que ocurre: ambos consiguen sus sueños, pero separados, tienen dinero y presunto amor, pero nunca se han superado. Y, mientras suena "Epilogue", tenemos el final onírico, en el que se nos muestra cómo hubiese sido su vida si hubiesen elegido la otra alternativa: felices recorriendo el mundo (un guiño a la obra de Mía), en París (repugnante, pero cada uno que haga lo que quiera, prefiero Valladolid) y estando el uno junto al otro.
Por lo que volvemos, como no, a los tópicos medievales: la fama y el amor. O la fama sin tu amor, o tu amor sin la fama. Tenemos ambas alternativas pero, lo más crudo, se elige la fama, como es lo común.
Hasta aquí esta crítica de esta maravillosa película. Un efusivo abrazo y cuídense.
Pd.: he tratado de ser lo más serio posible, pero en algunos momentos el chiste fácil me ha superado, discúlpenme.