¿Perfil de la estrella? Un cachas garrulete que se especializa a partes iguales en tipos duros y secos de morro y mirada torcida o en tipos rudos, vastos, gansos y bobalicones (cuando están de buenas) potencialmente carismáticos con un pasado de tirillas antes de atizarle a las pesas. Y pese a que no podrían estar más situados en las antípodas sus comienzos -de Walt Disney al "empotramiento"-, ni separados al nacer podrían recordarme más en el resto Sylvester Stallone y el cachopón de Kurt Russell:
" - ¿Por qué la tuya es más grande??
- Por genética, pichulín".
A uno de los dos le toca hacer el esfuerzo (o la suerte, según se mire, que para eso produce) de cambiar de estilo con etiqueta y refinamiento hasta que Sly vaya perdiendo progresivamente traje, corbata, gafas y opciones de disimular la sudor rodeados, él y Russell juntos, de la misma socarronería, brutalidad y compañías sórdidas que si se moviesen por separado:
"¡Te voy a meter un polo de chocolate por el cu*o!"
A diferencia de Ray Tango y Gabriel Cash, Stallone y Russell no son el yin y el yang, sino polos cercanos destinados a chocar para repartir estopa despeinándose los tupés lo menos posible:
"- ¡Traeré la sierra eléctrica!
- Yo la cerveza".
Y ahí estaba el pobre Andrei Konchalovsky, el director de 'Tio Vania' o 'Siberiade', hermanísimo de Nikita Mijalkov, para asumir el que, no obstante, no sería el encargo más desconcertante que le dió Hollywood -unos años más tarde convirtió a Armand Assante en Ulises- sorteando las desbandadas de Patrick Swayze o de directores de fotografía (uno de ellos, Barry Sonnenfeld) para aguantar el tipo mientras Sly, se comenta, aguantaba el caos de la producción sobre sus hombros.
¿El resultado?? Es una buddy movie sudorosa de acción de 1989 con frases molonas, dos héroes tercos como dos mulas, una Teri Hatcher pre Lois Lane respondiendo al nombre de Kiki y Jack Palance con el inconfundible (literalmente) Robert Z'Dar participando en una producción de un gran estudio para repartirse las maldades junto al inagotable -y con él no es una simple expresión- James Hong viéndoselas de nuevo con Russell con menos maquillaje que 'Golpe en la pequeña China'.
Entre los malos es el rubiales Brion James ('Blade Runner') el que ostenta el honor de ser el único matón que recuerdo en una película de Sly que le haya amenazado llamándole "guaperas".
Todo es absolutamente PERFECTO. Pero no esperes que el ganador de un León de Oro, una Concha de Plata, el gran premio del jurado en Cannes o un Emmy pegue a Sly un telefonazo para preguntarle si habrá secuela.
¿Rambo?? ¡Rambo es una nena!