Dado que la 'apretada agenda' de Sasha Mitchell y su pluriempleo con la sitcom 'Step by Step' no sería impedimento para seguir prodigándose regularmente en un puñado de clásicos del videoclub (tirando a chatarreros) deduzco que, del mismo modo que la quinta de 'American Ninja', el episodio que hace la manita para la franquicia 'Kickboxer' no tenía previsto apuntarse a la cronología de luchadores forzados a pelearse bajo coacción en un torneo marcial, ya sin tan siquiera contar con David Sloan ni Tong Po (los interpretase quien los interpretase): metamos una referencia a la muerte del primero, se reemplaza por un tal Matt Reeves y punto pelota.
Otro nombre, mismo dilema. Otra vez un buen tipo obligado a repartir para que no le repartan a él y, huelga decirlo, buscar su revancha contra un cacique local, Mr Neegal (James Ryan), y su federación privada de Kickboxing (como la superliga de Florentino Pérez, sólo que liquidándote si no eres miembro).
Entre el tal Neegal, su sicario el coletas que va en muletas, un Geoff Meed ('AsteroideGeddon') que volvería a coincidir con Mark Dacascos en 'I'm Omega' pero aquí es malo 2 minutos y un Tim Curry rubiales de hacendado (Greg Latter), el carisma de los contrincantes ni está ni se le esperaba.
El director ganador de un Oscar, Gavin Hood -por 'Tsotsi', no por 'X Men Orígenes: Lobezno'- tiene, por cierto, un pequeño papel como actor convertido en el campeón alemán (¡¡!!).
Tras ese par de experiencias videojuegueras en el cine ('Double Dragon') y el PC ('Wing Commander 4: The price of freedom'), Mark Dacascos se encargaba de encabezar -parcialmente como buddy movie- por primera y última vez el protagonismo en la serie que recupera el esquema primigenio de "chico luchador busca venganza contra mafioso luchador por la muerte de un amigo/allegado luchador" con el novedoso emplazamiento sudafricano.
Kristine Peterson ('Critters 3') toma el mando de la dirección en lo que supondría el deceso para la saga hasta su reinicio con Jean Claude Van Damme de vuelta como nuevo mentor.
Menos y peor de lo mismo.