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Voto de Cinemagavia:
5
Serie de TV. Acción. Fantástico Serie de TV (2020-2022). 2 temporadas. 18 episodios. Una joven huérfana de 19 años, Ava Silva, despierta en una morgue y descubre que una secta secreta de monjas cazademonios le ha conferido superpoderes. Ava ha regresado de la muerte y encuentra una nueva oportunidad de vida, con un artefacto divino incrustado en su espalda (Halo). Ava descubre que ahora es parte de una antigua orden de monjas (La Orden de la espada cruciforme) que se ... [+]
13 de noviembre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Surrealismo muy real

Si nunca has echado un vistazo a La monja guerrera (Warrior nun) seguramente te hayas preguntado si esta obra es siquiera real, o por lo menos seria como para darle una oportunidad. A mí me paso la primera vez que oí el título en aquel verano de 2020. Sí, es tan cierto como ese oso de la cocaína que murió de sobredosis en 1985 y sobre el que Elizabeth Banks (Pitch perfect 2, 2015) tiene preparada una película para principios de 2023. Cinta que, por cierto, protagoniza Ray Liotta (Godfellas, 1990), en paz descanse.

Eso sí, en caso de que sí hayas visto la primera temporada, seguramente te habrás dado cuenta de que no era tan ridícula como pudiera parecer en un principio. Es cierto: ¿monjas católicas vestidas de cuero negro que por las noches 'reparten estopa' y cazan demonios? Lo reconozco, es difícil de digerir a primera vista, pero te aseguro que no es tan mala.

De hecho, en la temporada 2 de La monja guerrera se fortalecen las virtudes de la original y reducen los defectos que la lastraban. En resumidas cuentas, estamos ante la mejor continuación de una propuesta un tanto surrealista (no sé si el cómic de Ben Dunn es igual, por lo que no puedo hablar de buena o mala adaptación) que se deja ver sin llegar a ser notable pero tampoco una catástrofe.

No debemos olvidar que esta loca serie estadounidense está protagonizada por una joven portuguesa (Alba Baptista) y cuya primera season estuvo rodada en Málaga (por la evidente iconografía religiosa barroca), con un presupuesto aproximado a los 15 millones. Pensarás: "no es tanto". Pero sí como para ostentar el récord de la ciudad andaluza. Un producto que en su momento se benefició del efecto pandemia para la potenciación desmesurada de las plataformas streaming.

*Conservando lo bueno

Si hay algo que Simon Barry ha conseguido mejorar en la temporada 2 de La monja guerrera con respecto a la primera ha sido el ritmo, que en muchas ocasiones pecaba de bastante quebradizo. Además, ha logrado apuntalar los aciertos ya vistos como el suficiente carisma de sus personajes. En este sentido, recordemos que escogió a la joven portuguesa emergente Alba Baptista como primera protagonista y personaje vehicular (inventado) y la rodeó de algunos intérpretes más veteranos como el también portugués Joaquim Almeida o el español Tristán Ulloa.

Respecto al elenco, encontramos que los actores siguen manteniendo un nivel aceptable, sobre todo el que se presupone de mayor importancia, el de Baptista, que encuentra en esta serie su primer proyecto de habla inglesa. Los personajes siguen siendo bastante acertados, bien caracterizados y con unos arcos suficientemente convincentes. Al brillo del cast ayuda, esa es la verdad, un guion que destaca, sobre todo, por unos diálogos mejor consturidos, sin dejarse llevar por las incoherencia de muchas obras de Serie B similares.

Asimismo, me gustaría destacar que el mejor ritmo de historia, tramas y subtramas une fuerzas con un relato más convincente y que goza de más intriga por las obviedades del excitante y abierto final de la primera temporada. En esta ocasión se certifica la mayor insistencia del director en dar continuidad a lo que de verdad importa, y abogar por regalar al espectador la resolución de los conflictos más interesantes. Un ejemplo de esto es la mejora de las coreografías de lucha y la mayor inversión en efectos visuales para las escenas de acción.

*¿Drama adolescente?

Si algo se criticó de la primera temporada de La monja guerrera (Warrior nun), además de sus evidentes fallos de continuidad, es que el producto era juvenil y su nicho plenamente adolescente. Pesó demasiado que la línea argumental de base (lucha del bien contra el mal, seguidores de la Iglesia contra demonios...) quedara ciertamente difuminada por soporíferos y superexplotados melodramas púberes. Sí, de esos que entorpecen totalmente el seguimiento de la serie a cualquier persona que décadas atrás dejara esa travesía hormonal.

Este obstáculo queda en parte corregido en la temporada 2 de La monja guerrera de ocho capítulos (ya no 10 como la anterior). En favor, claro está, por hacer avanzar las distintas tramas, también secundarias, hacia un destino común. Seamos sinceros, en este tipo de productos no importa tanto ofrecer una compleja historia que haga 'estallar la cabeza', sino caminar sin pretenciosidad por una senda ya construida durante tantos años. Los aficionados, en su mayoría creo yo, quieren ver acción, lucha y un mínimo de profundidad creíble en los arcos de los personajes.

Pero no nos vengamos arriba con esto último. Estamos ante un género muy concreto y una serie específica donde, no nos engañemos, tanto la premisa como el contenido se presuponen 100% fuera de todo realismo. Es una fantasía del todo superrealista que se mueve más por conveniencias e incoherentes motivaciones que por la convicción de recrear un panorama susceptible de suceder algún día.

*Conclusión

La temporada 2 de La monja guerrera (Warrior nun) es un torbellino de sucesos paranormales (en narrativa y sí misma) que en ningún caso rompe el molde del género sobrenatural, ya muy explotado y tremendamente visto. Con una premisa del 'elegido' algo confusa se adentra en un panorama de sinsentidos que debemos aceptar antes de poder disfrutar, eso sí, de una mejor season que la anterior. Al menos en lo práctico.

Escrito por Gabriel Sales Triguero
Cinemagavia
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